Día mundial del Alzheimer: cuáles son los factores de riesgo controlables para prevenir la enfermedad

La detección precoz juega un rol fundamental en el tratamiento y control de la enfermedad.

La estimulación cognitiva favorece la plasticidad cerebral. La estimulación cognitiva favorece la plasticidad cerebral.
21 Septiembre 2024

El Alzheimer es considerada la nueva epidemia del siglo XXI. Se estima que es una enfermedad que afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo. En Argentina, se estima que son entre 400.000 y 500.000 las personas afectadas y es el grupo de la tercera edad el que se ve más comprometido.

La Organización Mundial de la Salud estableció el 21 de septiembre como Día Mundial del Alzheimer. El objetivo de la efemérides es conscientizar sobre la importancia de trabajar en la prevención. Se trata de una demencia que ataca al cerebro y la memoria generando cambios de personalidad y comportamiento.

Qué determina la aparición del Alzheimer

La psicóloga española y master en neuropsicología Ninca Gramunt explica que "hay muchos factores aparte de la genética que determinan la aparición, pero el riesgo mayor existe". Además, señala que quienes tengan una predisposición a desarrollar la Enfermedad de Alzheimer (EA) deben tener un estilo de vida más sano.

Los especialistas que abordan la EA desde diferentes áreas resaltan la importancia de la estimulación cognitiva. Hacer trabajar el cerebro se vuelve una actividad clave para evitar que este órgano se vuelva pasivo y pierda poco a poco capacidades.

Alzheimer: cuáles son los factores de riesgo controlables

Los factores de riesgo controlables son aquellos cuya aparición o desarrollo depende de nosotros. A diferencia de los factores genéticos, tenemos cierto poder sobre ellos. Gramunt destaca algunos: la vida social, la diabetes, fumar, la hipertensión y el nivel educativo.

"Controlando esto se puede llegar a evitar entre un 30 y un 40% de los diagnósticos de Alzheimer a nivel mundial", destaca la neuropsicóloga. La degeneración cerebral puede darse hasta 20 años antes de la aparición de los primeros síntomas, por eso es importante poner en práctica hábitos sanos tan pronto como se pueda.

Según la especialista, el cerebro es un órgano capaz de adaptarse por lo que las neuronas pueden ayudarse entre sí. "Pero al final llega un momento en el que el cerebro no se puede adaptar más y es ahí cuando empiezan los síntomas clínicos. Es por eso que la prevención y la detección precoz son importantes y con mucha antelación se abre una ventana terapéutica".

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