Franco Colapinto, conforme sí, contento no, pero con crédito abierto

Clasificó 12° en Singapur, estuvo muy cerca de pasar a la Qualy 3, pero no lo logró por “detalles”.

Franco Colapinto, conforme sí, contento no, pero con crédito abierto

Hay una frase que resume lo hecho por Franco Colapinto en la clasificación de la F-1 para el Gran Premio de Singapur: “estoy conforme sí, pero no contento”. Una paradoja: en la calurosa ciudad-Estado y país insular, situada en el corazón marítimo del sudeste asiático, las palabras suenan justas, profesionales, y también frías, tan fría como se ve su posición de largada (12°) para la fecha N°18, después de lo “caliente” que fue su tarea en la pista.

Las frías referencias no pueden soslayar el gran trabajo que hizo el bonaerense. Su tiempo fue apenas siete milésimas más lento que el de su compañero en Williams, Alex Albon y quedó a sólo 31 milésimas de entrar a la Qualy 3, la que disputan los 10 mejores. Y recuérdese: esto lo hizo en su tercera carrera en la “máxima”, en su primera clasificación nocturna y en su segunda experiencia en un circuito urbano. Un maestro.

Vale el dato: el británico Lando Norris revalidó el ascendente rendimiento de McLaren y consiguió su sexta “pole”, por lo que encabezará la grilla de salida. Atrás el neerlandés Max Verstappen (Red Bull) y el británico Lewis Hamilton (Mercedes). Un comparativo de tiempo: Norris marcó 1’29”525/1000 en su mejor registro; el de Colapinto fue de 1’30”481/1000. ¿Nada mal, no?

Volvemos a alguna de las explicaciones de Franco de porqué no consiguió su meta del día (quedar en el top 10). “No se abrió el DRS, perdí algunas décimas por eso”, dijo. ¿De qué habla? Del Drag Reduction System, un dispositivo móvil que se introdujo en 2011 con el fin de reducir la carga aerodinámica del coche para así aumentar la velocidad para favorecer los adelantamientos. Este sistema reduce la carga del alerón haciendo que el piloto se beneficie de la menor carga aerodinámica. También de una menor resistencia al avance, ya que la parte trasera se levanta y el bólido gana velocidad. El DRS tiene un uso limitado a determinadas zonas de cada circuito y con él se gana entre 15 y 20 kilómetros por hora.

Otro detalle en las declaraciones de Franco: “no me preparé bien en lo físico para aguantar esta carrera, no tuve tiempo”. Y uno piensa: ¡cómo lo va a tener si hace apenas tres semanas ni siquiera estaba en la categoría! Su honestidad, y la naturalidad con que la muestra también lo hacen un “distinto”. Vale referenciar que en Singapur están teniendo en promedio temperaturas de 30°, con una humedad de más del 80%, lo cual aumenta considerablemente subido a un auto de competición.

Se viene un domingo para hacerle el aguante, bien temprano, a este prodigio argentino. La carrera empieza a las 9, hay que hacerse un tiempo, el show está garantizado.

Un detalle para nada menor es que al tratarse de una carrera en un trazado urbano, la posición ganada en clasificación no sufre demasiados cambios en una final. Es más, se pueden ganar puestos y para ello es fundamental cómo hace la largada. Para después, el bonaerense tiene un as en la manga: cuenta con un juego más de neumáticos medios, algo que puede ayudar en caso de que aparezca un auto de seguridad, una circunstancia más que posible en un circuito como el de Marina Bay.

Dicho esto: ¿por qué no ilusionarse con verlo a Franco peleando otra vez por los puntos?

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