Viajar puede contrarrestar los signos del envejecimiento prematuro, según un nuevo estudio

Nuestra salud integral puede verse beneficiada por las experiencias al conocer nuevos lugares.

Viajar puede reducir los signos del envejecimiento y mejorar nuestra salud integral. Viajar puede reducir los signos del envejecimiento y mejorar nuestra salud integral.
Hace 3 Hs

Viajar, una experiencia a la que pocos pueden resistirse, resulta ser más que una manera de conocer el mundo, sino que además puede mejorar nuestro estado de salud e impedir el avance de los signos del envejecimiento. Cuando visitamos un lugar desconocido no solo rellenamos la memoria de nuestro celular con colecciones de imágenes, si no que además potenciamos nuestro bienestar.

No caben dudas de que un viaje es capaz de cambiar nuestra perspectiva sobre el mundo, reemplazar los bajones de ánimo por las ansiosas mariposas en el estómago que hacen que despertarse sea más emocionante y aportarnos anécdotas que dudosamente olvidaremos. Sin embargo, una visita a un lugar nuevo puede protegernos del paso del tiempo, según un nuevo trabajo de investigación elaborado por investigadores de la Universidad Edith Cowan.

El estudio publicado en el Sage Journal dedicado a las investigaciones sobre viajes reveló evidencias de que las experiencias positivas en los viajes pueden ser un factor de defensa contra los signos del envejecimiento, tanto físico como mental. Comer un bocadillo poco habitual, recorrer calles pintorescas, aventurarse en actividades fuera de nuestra rutina y sumergirnos en nuevas culturas puede llevar a significativas mejoras en nuestra claridad mental y nuestra salud emocional.

¿De qué maneras viajar es beneficioso para nuestra salud? ¿De qué maneras viajar es beneficioso para nuestra salud?

¿De qué manera viajar reduce los signos del envejecimiento?

Los beneficios de la experiencia de viajar son múltiples, entre ellos se encuentra la capacidad de estimular nuestra mente. Cuando viajamos no solo recolectamos memorias si no que además involucramos a nuestro cerebro en nuevas experiencias, brindándole a su vez estimulación mental que puede ayudar a mejorar la función cognitiva e incluso evitar el deterioro cognitivo que a menudo es producto deel envejecimiento.

Cuando viajamos no solo nos trasladamos en un medio de transporte si no que nos vemos obligados por muchos momentos a recorrer aquel nuevo lugar a pie para involucrarnos en sus paisajes. Físicamente, viajar puede animarnos a ser más activos incluso fuera de la rutina de ejercicios habitual, ya sea con la necesidad de recorrer un mercado, visitar un parque o disfrutar de la sensación de la arena en los pies de una destacada playa. Cuando viajamos reemplazamos el tiempo que pasamos sentados en la oficina, volviéndonos más activos, lo que es crucial para mantener la fuerza y la movilidad a medida que envejecemos.

Además de los beneficios físicos que puede aportar el viaje, los investigadores de la ECU también descubrieron un impacto significativo en la reducción del estrés y la adaptabilidad. Alejarse de la rutina de la vida cotidiana (responsabilidades laborales, cuidado de la casa y actividades extraescolares) permite relajarse, recargar energías y liberarse de la presión que conlleva la edad adulta.

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