Una cama antigua, que perteneció a doña Lucía Aráoz de López, conocida como “la rubia de la patria”, se exhibirá por primera vez en la Casa Histórica. Será una de las novedades en la esperada Noche de los Museos, que arranca hoy en nuestra provincia.
“Estamos felices porque hemos conseguido algo hasta hace unos meses impensable: una donación fabulosa”, expresó José María Posse, director interino, de la Casa Histórica. Además de la cama, una pieza de bronce, recibieron 18 objetos de plata labrada, peines, cepillos y frascos de perfume, que pertenecieron a Aráoz de López, una mujer que tuvo un rol destacado en la historia tucumana.
“Es una de las donaciones más importantes que ha recibido el museo en su historia”, destacó Posse. Y dio detalles sobre la vida de doña Lucía, que era reconocida por su belleza y por su pelo platinado. Incluso fue Reina del Baile de la Independencia. Su historia estuvo marcada por las luchas entre unitarios y federales. Recordó que su matrimonio con Javier López, un líder unitario, simbolizó un intento de paz entre dos familias tucumanas rivales. “Es la historia de los Montescos y Capuletos criollos”, comentó el abogado e historiador, aludiendo al conflicto entre los Aráoz y los López.
Los enfrentamientos entre ambas familias desataron una de las etapas más sangrientas en la historia provincial. “De alguna manera, la población tucumana pidió poner fin a todo esto por medio del matrimonio entre doña Lucía y Javier López”, recordó.
En la publicación “Tucumanas heroicas: Lucía Aráoz de López” (LA GACETA, 06/11/21), el historiador Posse remarcó que durante años se especuló acerca de si Lucía se ofreció para salvar la situación, o si, muy por el contrario, estaba verdaderamente enamorada de López.
Cuenta una versión familiar que la joven Lucía, que por entonces tenía 16 años, pidió tiempo para pensar después de que su padre, don Diego Aráoz, le presentó a López. “Finalmente, la joven accedió a formalizar la unión y se selló un acuerdo tácito de paz entre las dos familias. Cuentan los memoriosos que toda la población acudió a la ceremonia de su casamiento”, detalló.
La boda fue en 1824. Durante los 14 años que siguieron doña Lucía acompañó las incidencias por las que atravesó su marido en el contexto del inicio de las guerras entre unitarios y federales. El matrimonio fue obligado a exiliarse en Bolivia, donde vivieron en medio de la pobreza y tratando de sobreponerse abrieron una pequeña tienda de ramos generales.
“En 1836 el obstinado Javier López invadió Tucumán. Luego de ser derrotado en un combate con las fuerzas del gobernador federal Alejandro Heredia, este lo mandó a fusilar en la actual plaza Independencia”, rememoró Posse en la publicación de LA GACETA.
Doña Lucía, ya viuda, continuó con su vida en Tucumán, y se dedicó a criar a sus ocho niños, en medio de guerras civiles y de una estrechez económica.
No volvió a contraer matrimonio. Tuvo nietos y bisnietos, a los que llegó a conocer. Nunca de lado su preocupación por los más necesitados. En el año 1858 integró el elenco fundacional de la Sociedad de Beneficencia de Tucumán, que presidió en dos oportunidades (1860/1861) y (1863/1864), destacó Posse.
Tuvo un tardío reconocimiento en febrero de 1839, cuando la Sala de Representantes se acordó de los servicios que el general Javier López había prestado a la provincia. Según precisó el historiador, “en razón de ello y a las atenciones que merece su virtuosa viuda Lucía Aráoz de López, por su estado de indigencia, ha acordado la donación de la finca y terreno de la Ciudadela, que fue de su difunto marido, con más el derecho a cobrar los alquileres corridos e impagos”.
Falleció en Tucumán, el 8 de marzo de 1890, convertida en una de las matronas más representativas de la sociedad tucumana, de acuerdo a lo que describió Posse. Era una de las últimas personas vivas, que podían atestiguar aquellos días previos y posteriores al 9 de julio de 1816, añadió.
Sobre la donación
El director interino de la Casa Histórica destacó el valor de la donación que recibieron: de alguna forma, estos objetos también nos hablan del papel de la mujer en la historia, que durante mucho tiempo fue relegado.
“Es un objeto histórico, que representa una época, y es valioso también por la persona a quién perteneció. Realmente además es una belleza, tiene un alto valor desde el punto de vista artístico. Cada pieza, en bronce trabajado, realmente es única”, admitió.
Guión enriquecido
Posse explicó que la Noche de los Museos también será una oportunidad para redescubrir el guión historiográfico de la Casa Histórica, que ha sido enriquecido para dar mayor protagonismo a la historia de la mujer en el proceso independentista. “En esta muestra hablamos de mujeres como Manuela Pedraza, Águeda Tejerina y, por supuesto, nuestra Lola Mora”, señaló.
El público podrá recorrer nuevas salas y ver objetos restaurados, como la mesa original donde se firmó la Independencia, además de disfrutar de una experiencia interactiva. “Vamos a incorporar réplicas en 3D para personas ciegas, que podrán tocar las figuras de personajes históricos como Manuel Belgrano y San Martín”, agregó.
La Casa Histórica de Tucumán abrirá sus puertas desde las 20, junto a otros 27 museos y espacios culturales de la ciudad, en lo que promete ser una noche única para los amantes de la historia y la cultura local.