Cómo una ola que nos arrastra marea adentro, a veces la autoexigencia o simplemente los deberes de nuestra vida diaria nos empujan sin descanso, en ocasiones, llevándonos hasta el límite de nuestras capacidades. El síndrome del “burnout” es muchas veces ese síntoma que nos avisa que el agotamiento de nuestras labores nos está produciendo un desgaste físico o emocional, un estrés acarreado que pronto se traduce en debilidades o enfermedades. Nuestro cuerpo puede señalarnos cuando tomar un descanso es una acción inevitable.
Incluso cuando conocemos cuáles son las consecuencias de trabajar demasiado duro o exigirnos demasiado, aún así elegimos empujar nuestras capacidades al máximo. A veces, sin querer, nos vemos sumidos en un ciclo de esfuerzos constantes entre los que variamos el trabajo, el hogar, las obligaciones personales, estudios y demás deberes. La falta de descanso puede deberse muchas veces a la necesidad de “hacer demás” para lidiar con ciertos traumas, y es en ese momento donde un cambio de mentalidad es necesario.
¿Cuáles son los indicadores de que nuestro cuerpo necesita descansar?
El exceso de tareas y obligaciones puede verse reflejado incluso a nivel físico y es nuestro cuerpo el que puede indicarnos que es momento de parar. Las disrupciones a nivel físico y mental pueden presentarse por la falta de descanso y al final estropear nuestra salud. Por ello es que distintos expertos han revelado cuáles son esas señales y alertas que nuestro cuerpo enciende cuando es momento de un recreo.
Para saber si estamos atravesando un estado de fatiga, debemos atender a algunas señales que encienden nuestro cuerpo, algunas de ellas pueden ser:
- Siempre estamos agotados: La fatiga persistente, incluso cuando dormimos lo suficiente, es una gran señal de alerta.
- Dificultad para concentrarse: Si sentimos que no podemos concentrarnos en las tareas o conversaciones o que no retenemos la información tan bien como lo hacíamos normalmente, esto podría ser una señal de que necesitamos un descanso.
- Nuestro sistema inmunológico está debilitado: Si nos enfermamos todo el tiempo o no nos recuperamos tan rápido como antes, si nos cortamos o lastimamos frecuentemente, también puede indicar que estamos agotados.
- Nuestro estado de ánimo está por todas partes: Si bien los cambios de humor pueden estar relacionados con varias aspectos, si notamos que los cambios de humor comienzan a parecer la norma, es posible que nuestro cuerpo esté tratando de llamar nuestra atención a través de las emociones.
Ahora que sabemos que estamos cansados: ¿cuáles son las medidas que debemos tomar?
Si estos signos son una experiencia habitual en tu día a día, entonces resulta necesario un descanso. Ashley Neese, autora, madre y editora de The Deeper Call , afirma: “Cuando no le damos prioridad al descanso, podemos sufrir agotamiento, lo que afecta nuestra toma de decisiones, nuestra salud y nuestra creatividad en la vida profesional. En el plano personal, afecta las relaciones, disminuye la resiliencia emocional y perjudica el bienestar general”.
Identificar que estamos agotados es importante así como las medidas que llevaremos a cabo para mitigar aquella fatiga. La especialista destaca algunas recomendaciones para introducir prácticas más relajantes en nuestro día. “Debemos comenzar incorporando pequeños momentos de conciencia, como respirar profundamente o tomar breves descansos de la pantalla, a lo largo del día para restablecernos. Debemos establecer una práctica de descanso constante, como una caminata semanal en la naturaleza así como límites en el trabajo para crear espacio para calmarnos y descansar”, afirma Neese.