El duro pronóstico de los hinchas de San Martín de Tucumán: "Se terminó el campeonato"

La desolación de los hinchas no tiene fin. Una vez se repitió el mismo ciclo que lo que sucedió en los últimos años: caer en el partido más importante de la temporada. Y, para peor, no es que hubo un factor externo que explique la derrota, sino que San Martínse eliminó a sí mismo. La apatía hizo estragos al punto de que el “Santo” dejó una pobrísima imagen que casi deja sin esperanzas para lo que viene. Todo eso se manifestó en ese viaje de 12 horas de vueltas hacia Tucumán en el que casi no hubo conversaciones.

Los más afectados no escondieron las lágrimas por la derrota; otros se quejaban de la falta de “actitud” del equipo y la poca consideración hacia los esfuerzos de los hinchas que hicieron para estar presentes en la pesadilla del “Gigante de Arroyito”. Sí, muchos dejaron sus trabajos y otros no dudaron en endeudarse para decir presente, pero lo mostrado por el “Santo” no estuvo a la altura. 19.000 almas que no encontraron el final deseado. Los escasos pasajeros que se mantuvieron despiertos se limitaban a utilizar el celular para contestar mensajes a sus seres queridos. No mucho más. Nada, absolutamente nada, cambió la desazón de los hinchas.

Las búsqueda de explicaciones (y culpable) arrojó muchísimos planteos. El primer apuntado fue Diego Flores. El cambio de esquema y las novedosas inclusiones en el “11” fueron los puntos más repetidos. ¿Por qué? Principalmente, el DT modificó la figura táctica que lo había llevado hasta la final –no utilizó el doble “5” compuesto por Gustavo Abregú y Matías Ignacio García-, y eso dentro de los hinchas ya había levantado ciertas dudas. También la ausencia de Gonzalo Rodríguez, un pilar del último ascenso en 2018 y referente en este tipo de partidos decisivos, fue otro de los puntos de debates. Tampoco se pasó por alto el flojísimo rendimiento de la defensa que cometió horrores en todo el duelo.

Todo esto hizo que los hinchas asegurasen que Flores cayó en el mismo mal que su maestro (Marcelo Bielsa) y cometió una “bielseada”. “Cómo va a querer sorprender en una final. Todavía no comprendo que quiso hacer”, dijo un hincha a viva voz mientras subía las escaleras del ómnibus. Una de las pocas intervenciones que hubo en todo el regreso.

Mientras la minoría especulaba sobre quién sería el posible rival de los cuartos de final del Reducido, gran parte coincidía que el torneo había llegado a su fin. Claro, muchos consideraron que el equipo no tiene lo necesario para reponerse del golpe, a menos que exista un “milagro”. Los más esperanzados consideraron que el “Santo” tiene la jerarquía necesaria para pelear con el segundo ascenso, pero con el miedo de que el mal momento se repita en una posible definición. “No vale la pena volverse a endeudar para ver esto”, fue el comentario más repetido en la tensa noche.

Todo esto hizo que la vuelta sea más complicada de lo pensado. Apenas se arribó a la capital tucumana, los hinchas se saludaron de manera escueta y volvieron a sus hogares para continuar con la pesada rutina. La expedición había fracasado siendo una clara prueba de que no todas las historias tienen finales felices. Y en este caso fue más penoso de lo pensado.