La energía es fundamental para nuestro organismo. La utilizamos para múltiples funciones corporales así como actividades que van desde disciplinas físicas hasta encuentros sociales. Sin embargo, nuestra vitalidad se ve amenazada cuando nos topamos en el camino con los llamados “vampiros energéticos”. Según la psicología, existen señales que permiten advertir si entablamos una relación con aquellos manipuladores emocionales que roban nuestra energía.
“Vampiros energéticos” es un término popular para referirse a un individuo que, ya sea de manera intencional o no, drena la energía y la vitalidad de quienes le rodean. Estas personas pueden parecer bastante infoensivas en los primeros encuentros. Sin embargo, su impacto poco a poco se vuelve más evidente e incluso nuestro cuerpo puede darnos señales de aquello. Los dolores de cabeza o el agobio pueden deberse a una relación que cada vez nos consume más energía.
Diversos estudios han dado cuenta de las estrategias de una persona que puede drenar nuestra energía. Según una investigación publicada en Psychoanalytic Psychology, la naturaleza ensimismada de este tipo de individuos se oculta tras una conducta amable, lo que puede dificultar su identificación. Podemos encontrarnos con ellos sin darnos cuenta y a la misma vez, los “vampiros energéticos” tampoco son conscientes del impacto que tienen sobre los demás, ya que se encuentran librando una batalla con sus problemas y emociones.
Las tres señales de que estamos frente a un “vampiro energético”, según la psicología
Sin embargo, su comportamiento es más que significativo en quienes le rodean. Estas personas consumen la energía de los que están al lado, pero no la reponen. Se trata de aquellas relaciones unilaterales donde un individuo recibe más de lo que da sin que la balanza esté equilibrada. Por ello resulta importante comprender cuáles son aquellas señales de que nos encontramos lidiando con un “vampiro energético”.
Estas son algunas de las advertencias que pueden indicar que nos encontramos al lado de un vampiro energético.
La culpa constante
Los manipuladores emocionales tienden a obligar a quienes les rodean a sentir lástima por ellos. Utilizan esto como una táctica para ganar control. Pueden utilizar el sentimiento de culpa, los arrebatos emocionales o las historias tristes para provocar la simpatía y la compasión de los demás. Las frases como "Siento que me derrumbaré si no estás ahí. ¿Cómo esperás que haga esto sin vos?" y similares suelen ser bastante comunes.
Un artículo publicado en Personality and Individual Differences sugiere que los individuos con baja autoestima buscan más aprobación externa para sentirse mejor consigo mismos. Esto les convierte en un blanco fácil para los vampiros de energía, que muestran poca capacidad de empatía y buscan culpar a los demás de su propia falta de responsabilidad y/o necesidad de dependencia.
Tus problemas ya no importan
"Sé que tenés problemas en tu relación, pero al menos tenés una. Me siento tan solo", es unda de las frase que un manipuladdor emocional podría decir. En un intento de sobrecompensar sus propias inseguridades, los vampiros energéticos desarrollan la necesidad neurótica de ejercer dominio volviéndose excesivamente críticos con los demás.
De acuerdo con una investigación publicada en la Academia Americana de Psicoanálisis. Los tipos de personalidad "dramática", a menudo en su necesidad de desarrollar un sentido más positivo de sí mismos, consiguen lo mismo intentando menospreciar a los demás. Sus críticas y actitudes menospeciativas puedeb drenar la energía de quienes le rodean.
Se aprovechan fácilmente de vos
Un estudio publicado en el Journal of Research in Personality descubrió que las personas con altos niveles de ansiedad, empatía y compasión buscan la compañía de aquellos que son más dominantes. En otras palabras, se someten de buen grado a las exigencias de los demás. Esto les convierte en un blanco fácil para los vampiros de energía.