Entre amigos, familiares o en el equipo de trabajo siempre podemos encontrar los extremos en las convocatorias grupales: quienes llegan extremadamente a tiempo y los desobedientes al reloj. Aunque pareciera una cuestión de disposición o falta de modales, lo cierto es que la puntualidad o la impuntualidad pueden ser rasgos que incluso describen la personalidad de quienes son consideradas de esta manera. Según la psicología, llegar tarde o temprano puede decir más de nosotros de lo que pensamos.
Podría decirse que el mundo está dividido entre quienes no pueden desobedecer el reloj y quienes buscan de todas las formas atrasar las manecillas de este artefacto. A la misma vez las reglas sobre la puntualidad o la impuntualidad no son las mismas en las distintas culturas. Probablemente, si llegamos un minuto tarde en Corea del Sur o Japón recibamos severos reproches. En cambio, en Malasia, el paraíso de los tardones, llegar tarde es la normalidad.
Por qué algunas personas siempre llegan tarde, según la psicología
Pero más allá de las costumbres, lo cierto es que la puntualidad puede ser más valorable que la falta de ella en las convocatorias grupales. Básicamente, a nadie le gusta esperar demasiado a los tardones. Sin embargo, su tardanza crónica no tiene tanto que ver con una cuestión poco respetuosa o voluntaria. Según la psicología, los impuntuales pueden incluso tener un problema.
En una entrevista reciente con la BBC el psicólogo social y autor británico Oliver Burkman aseguró que quienes llegan tarde son personas controladoras.
"Quieren estar en control de la situación y ser el centro de atención cuando llegan", dijo. Según Burkman, "lejos de ser una señal de arrogancia y despotismo, pese a que haya personas acostumbradas desde pequeñas a que se haga su voluntad, debemos ser más empáticos"."Hay algo de conmovedor en que tengan esa necesidad de acaparar la atención y no se sientan bien con ellos mismos si no la reciben", afirmó.
Los tardones pueden luchar con la llamada “falacia de la planificación”, donde creemos que tenemos “todo el tiempo del mundo”. Una investigación del Departamento de Sociología de la Universidad de San Diego (Estados Unidos) establece que las personas que siempre llegan tarde son demasiado optimistas con el tiempo del que disponen para realizar una tarea, lo que les lleva a ser poco realistas sobre los plazos de los que disponen.
¿Cuáles son los rasgos psicológicos de los más puntuales?
Mientras que los individuos más puntuales simplemente pueden disponer de un mayor control sobre sí mismos y no se proponen controlar el desobediente reloj. La doctora Diana DeLonzor, en un artículo para el New York Times, describió que aquellas personas tienen mayor autocontrol y mejor percepción del tiempo, "Son más cautos y suelen imaginarse los peores escenarios por eso necesitan el tiempo suficiente para solucionar los problemas que puedan aparecer", aseguró.
Pero ser demasiado puntual también puede tener sus aspectos negativos. "A veces, llegar muy temprano denota una preocupación excesiva y una voluntad por querer agradar a los demás", advierte Burkman. El especialista recuerda que las personas que llegan excesivamente temprano a un encuentro a menudo se enojan por esperar demasiado pero invitó a "no culpar a los demás por haber llegado media hora antes de lo acordado".