Comenzó en Tucumán el primer juicio por la apropiación de un bebé en un centro clandestino de detención

"Habían pasado 39 años pero cuando yo vi a mi mamá la reconocí, el amor estaba presente".

SANDRO GONZÁLEZ. Uno de los imputados, guardiacárcel de Villa Urquiza SANDRO GONZÁLEZ. Uno de los imputados, guardiacárcel de Villa Urquiza FOTO LA GACETA/ANALÍA JARAMILLO

Habló de amor, de sentimientos, de identidad, de sensaciones indescriptibles. Mario Navarro, quien fue apropiado por miembros del Servicio Penitenciario apenas su madre dio a luz dentro del penal de Villa Urquiza tras haber sido abusada por sus captores, declaró ayer en el juicio y emocionó a todos los presentes.

El juicio, llevado adelante por los jueces Enrique Lilljedahl, Ana Carina Farías y Abelardo Jorge Basbús, del Tribunal Oral Federal es histórico. Se trata del primer debate por la apropiación de un niño en Tucumán durante la época de la dictadura. El ex guardiacárcel del penal de Villa Urquiza, Santo González, es juzgado por la sustracción y apropiación de Navarro, quien en 1976 nació en cautiverio en la cárcel donde estaba detenida su madre y recuperó su identidad en 2015. El imputado ya fue condenado en un proceso anterior por secuestros, torturas y asesinatos cometidos dentro del Complejo Penitenciario.

Según el informe oficial, Mario Daniel Navarro es uno de los tres nietos restituidos de Tucumán por Abuelas de Plaza de Mayo y el número 119 del país. En noviembre del 2015, a sus 38 años y siendo ya padre de tres hijos, recuperó su identidad y conoció a su madre biológica. “Siempre tuve muchas dudas, hasta que logré ponerme en contacto con Abuelas de Plaza de Mayo, quienes me ayudaron. Así pude encontrar a mi mamá y fue un momento inolvidable”, dijo, desde España, por zoom, el hombre.

Durante la jornada de hoy se leyó el requerimiento de elevación a juicio. Allí se menciona que Navarro nació durante la detención de su madre entre mayo y junio de 1976. La mujer, que tenía 19 años y dos hijas, había sido secuestrada en 1975, aún bajo el gobierno democrático de Isabel Martínez de Perón, cuando regresaba de su trabajo y trasladada a una comisaría. Posteriormente fue llevada a la Jefatura de Policía y luego al penal de Villa Urquiza, dos de los muchos centros de detención que funcionaban en Tucumán. Allí fue mantenida en cautiverio durante  un año y medio, aislada, atada y con los ojos vendados. Durante su secuestro fue violada en varias ocasiones, quedó embarazada y dio a luz a su hijo sobre un colchón que sus captores habían tirado en el piso.

Navarro fue entregado posteriormente a un comerciante español, José Espinoza López, y vendido a Alcides Santiago Bravo y Cecilia Magdalena Raggiardo, una pareja de Las Rosas, en Santa Fe quienes, mediante una partida falsa, aseguraron que Navarro había nacido en Las Parejas, el 6 de mayo de 1977. En 2015, comenzaron las dudas sobre su identidad. Esto lo llevó a tener su primer contacto con la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo. Allí fue derivado a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Meses después le confirmaron su identidad apropiada y pudo reencontrarse con su madre

La historia de ella pudo reconstruirse en 2014 durante el juicio conocido como CCD Villa Urquiza. Allí pudo contar lo que le sucedió. “Yo lo único que sentí fue el llanto. Hasta hoy siento que es un varón”, dijo la mujer en su declaración. Años después de ser liberada, pudo denunciar e iniciar la búsqueda de aquel hijo que le fue arrebatado hasta que finalmente pudo encontrarlo. “Ella me dio la vida, decidió mantenerme. Podría haber tomado otra determinación, pero me quiso”, relató el hombre.

En 2021, como parte de esta causa, fueron procesados González y otros dos miembros del Servicio Penitenciario: Daniel Arturo Álvarez y Francisco Alfredo Ledesma, quienes ya fallecieron. Todos ya habían sido condenados por delitos de Lesa Humanidad a 12, 25 y 16 años de cárcel respectivamente. Durante la investigación también fallecieron Espinoza López, Bravo y Raggiardo.

El fiscal Pablo Camuña, quien lleva adelante la acusación junto a la fiscala auxiliar Valentina García Salemi, explicó que González, con los otros guardiacárceles formaban parte de “la patota” que tenía a su cargo el sector de la cárcel donde estaban los presos secuestrados. También recordó que cualquier persona que tenga dudas sobre su identidad, sobre la base de casos como el que comenzó a ser juzgado hoy, se puede acercar a la fiscalía federal para poder iniciar la investigación y de ser necesario hacer comparaciones genéticas. Camuña aseguró que durante la dictadura la apropiación de bebés fue sistemática. La querella está representada por las abogadas de Abuelas de Plaza de Mayo, Patricia Chalup y Carolina Villella. La defensa de González es ejercida por el defensor oficial Mariano Galleta.

Durante la audiencia también se escuchó el testimonio de la madre de Navarro, en ocasión de declarar en la megacausa “Villa Urquiza”, donde la mujer relató los tormentos que sufrió durante su secuestro, la forma en la que la violaron y cómo dio a luz a su hijo, del que sólo pudo escuchar el llanto para no verlo nunca más hasta casi 39 años después.

La audiencia continuará mañana.

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