Desde mañana en Villa Chicligasta podrá volver a celebrarse la eucaristía en el edificio que tiene estructuras de 400 años y que en 2019 fue cerrada por temor a que se viniera abajo.
Los fieles de la capilla de Nuestra Señora de la Candelaria de Villa Chicligasta (Simoca) celebran una novedad relevante para su práctica religiosa: mañana podrán nuevamente participar de una misa en el interior del templo. Será luego de venir haciéndolo en la calle, por razones de seguridad, desde hace cinco años. Es el día en que se celebran ahí las fiestas patronales en honor a Santa Lucía. La de Nuestra Señora de la Candelaria se celebran 1 y 2 de febrero. Desde 2019 los oficios religiosos se realizaban frente al templo ante el notable peligro de que se viniera abajo la estructura de adobe de unos 400 años.
Una enorme grieta que se extendía desde la base hasta la mitad de la torre del campanario, de unos 15 metros de altura, revelaba claramente la magnitud del riesgo. De ahí la decisión de las autoridades eclesiásticas de cerrar la capilla para evitar eventuales accidentes. El anuncio de su reapertura, hecha por el comisionado comunal Emilio González, generó júbilo entre los fieles del pueblo ubicado a 30 km al sudeste de Simoca, por ruta provincial 328. “Es una muy buena noticia para todos quienes desde siempre estábamos acostumbrados a asistir a misa en esta capilla en que nuestros abuelos supieron también manifestar su fe religiosa. Fue muy triste verla cerrada” comentó doña Nilda Lazarte.
La construcción de esta reliquia arquitectónica se remonta a 1797 y fue declarada patrimonio histórico de la Nación el 12 de agosto de 1941. Se dice que San Francisco Solano estuvo en este lugar, en donde al parecer ya existía una capilla entre 1595 y 1596. La actual se habría edificado sobre las ruinas de la construcción anterior. Es una de las más antiguas de Tucumán. Los años y la falta de mantenimiento hicieron estragos en la obra que estuvo a punto de desplomarse.
Convenio
La restauración se comenzó a instrumentar hace un mes atrás mediante un convenio que suscribió el comisionado comunal González con el ministro del Interior Darío Monteros; el presidente del Ente Tucumán Turismo, Domingo Amaya y el legislador Marcelo Herrera, entre otros.
La provincia se comprometió a aportar asistencia técnica y materiales de construcción, mientras que la comuna manos de obra. González con recursos propio ya había iniciado a pocos de asumir su gestión, en enero último, tareas de reparación del campanario, el más afectado por las erosiones del tiempo. “A partir del acuerdo con el gobierno de Osvaldo Jaldo se dispuso encarar esta restauración en tres etapas: la primera abordó la nave principal, que está a punto de concluirse; la segunda el campanario y la tercera la galería del sector derecho” explicó Cristian Romano, colaborador del proyecto.
“En el interior de la capilla se renovó totalmente el revoque de las paredes de adobe que tienen un ancho de 60 centímetros. También se reforzaron tirantes, entre otros trabajos de mejora de la infraestructura, y ahora nos aprestamos a pintar. Para la fiesta de la virgen de Santa Lucía el templo lucirá renovado, aunque el campanario será concluido más adelante” dijo el operario.
En Villa Chicligasta hay niños que no conocen aún el interior de la capilla del pueblo. Raquel González, enfermera del lugar, contó a LA GACETA que su pequeña hija de cinco años es una de las que siempre la interroga acerca de cuándo podrá conocer la capilla por dentro. “Escuchar misa en la calle siempre fue muy lamentable. Por eso nos genera mucha satisfacción tener nuevamente la posibilidad de hacerlo en su interior. Será algo inolvidable para mi hija” apuntó Raquel. Según Teresa Lezcano, colaboradora del templo, la restauración de la capilla se vino diligenciando sin resultados desde hace más de una década.
“Fue bastante triste de que se haya llegado al límite de ver a este templo como se venía abajo. Por suerte ahora se lo está recuperando” valoró. La plaza principal Felipe Garretón también es objeto de trabajos de remodelación. Ahí se incorpora una fuente de agua, pérgolas, se renueva la jardinería y el escultor Eduardo Romano tiene a cargo la construcción de una fachada de la Casa Histórica.