Un llamado alertó a la comisaría de Ranchillos sobre un oso melero, que estaba en el fondo de una casa, en un paraje conocido como El Empalme, al este de la capital provincial. El animal se encontraba en buen estado de salud y sospechan que las lluvias caídas en los últimos días pueden hacer provocado su liberación, ya que no es autóctono de la zona.
Fue durante la mañana del jueves cuando efectivos policiales rescataron al oso melero, que había sido avistado deambulando por el barrio García. Alertados por vecinos, los agentes de policía acudieron al lugar y localizaron al animal, en el patio trasero de una vivienda. Tras ser evaluado por especialistas, será trasladado a una reserva natural para garantizar su protección.
“El aviso nos permitió confirmar que se trataba de un oso melero, una especie en riesgo de extinción. Presumiblemente, debido a las intensas lluvias recientes, el animal se desorientó y terminó en esta zona que no es su hábitat natural. A primera vista, el oso parecía estar en buen estado de salud, pero será revisado por profesionales para asegurarnos de ello”, detalló el comisario principal Cristian Herrera, jefe de la Comisaría Ranchillos.
La presencia de estos animales en áreas rurales de la provincia no es inusual, ya que muchas veces se ven desplazados por fenómenos climáticos y porque muchas personas los cazan o compran para tenerlos de mascotas. En los últimos meses, diferentes ejemplares fueron rescatados de El Timbó, Banda del Río Salí y Taco Ralo. Por este motivo, las autoridades hacen un llamado a la población para evitar mantener a estos ejemplares en cautiverio.
El oso hormiguero, una especie en peligro
“Pedimos a los vecinos que, si detectan situaciones similares, se comuniquen con nosotros para que podamos intervenir y garantizar la seguridad del animal. Pueden reportarlo al Sistema de Emergencias 911, a la comisaría más cercana o a la División de Delitos Rurales y Ambientales”, agregó Herrera.
La Unidad Fiscal interviniente ya fue informada del caso y dispuso que el oso melero sea trasladado a una reserva natural, bajo la supervisión de la División de Delitos Rurales y Ambientales, que se encargará de su reintegración al entorno adecuado.