Cáncer de estómago: primeros síntomas que no debes ignorar

Síntomas como acidez y dolor abdominal pueden pasar desapercibidos.

Los primeros síntomas del cáncer de estómago al que le debe prestar atención e ir al médico Los primeros síntomas del cáncer de estómago al que le debe prestar atención e ir al médico
21 Diciembre 2024

El cáncer de estómago, también conocido como cáncer gástrico, es una enfermedad que, en sus primeras etapas, puede ser difícil de detectar. Muchos de los síntomas iniciales, como acidez, dolor abdominal y fatiga, pueden confundirse fácilmente con molestias comunes, como indigestión o reflujo gastroesofágico. Esta confusión suele llevar a que los primeros signos de alarma pasen desapercibidos, retrasando la detección y el tratamiento oportuno.

Síntomas tempranos que se confunden con dolencias comunes

El cáncer de estómago generalmente no presenta síntomas evidentes hasta etapas avanzadas. Los síntomas tempranos pueden ser tan leves que a menudo se confunden con problemas digestivos menores. Según el oncólogo Paul Mansfield, especialista en cáncer gastrointestinal, la clave para diferenciar entre una dolencia menor y algo más serio radica en la persistencia de los síntomas. "Muchos cánceres de estómago no presentan síntomas hasta etapas avanzadas y pueden parecerse a una indigestión o reflujo", explica.

Los pacientes que fueron diagnosticados con cáncer gástrico a menudo relatan experiencias similares. Janine Somma, de Nueva York, fue diagnosticada a los 28 años después de experimentar dolor punzante y ardor en el estómago. Inicialmente, los médicos pensaron que se trataba de reflujo gastroesofágico y le prescribieron antiácidos. Sin embargo, cuando los síntomas persistieron, se descubrió que tenía cáncer gástrico.

Otras señales que pueden ser signos de alerta

Además de la acidez y el dolor abdominal, otros síntomas menos específicos del cáncer gástrico pueden incluir fatiga extrema y una sensación inusual de hambre. Estos síntomas también pueden ser fácilmente atribuidos al estrés, la falta de sueño o una dieta inadecuada. Por ejemplo, Sylvia Coe, directora de una galería de arte en Florida, atribuyó su fatiga extrema al estrés. Fue solo después de desmayarse durante un almuerzo que los médicos descubrieron un tumor estomacal que estaba provocando un sangrado significativo.

La fatiga severa también fue el primer síntoma de Ralph Lilja, un ranchero de Kansas que fue diagnosticado con cáncer gástrico en etapa IV a los 57 años. La dificultad para subir escaleras debido a la anemia causada por la pérdida de sangre del tumor fue lo que lo llevó a buscar atención médica.

Síntomas más claros en etapas avanzadas

En etapas más avanzadas del cáncer de estómago, los síntomas pueden volverse más evidentes. Algunos de los signos de alerta más claros incluyen:

Pérdida de peso inexplicable: La pérdida de peso significativa y sin razón aparente puede ser un signo importante de cáncer gástrico. Esta pérdida de peso ocurre sin cambios en la dieta o en la actividad física.

Vómitos o heces con sangre: La presencia de sangre en el vómito o en las heces es una señal de alarma. Las heces de color negro o alquitranado con un olor metálico pueden indicar sangrado interno y deben ser evaluadas por un médico.

Dolor abdominal intenso: El dolor abdominal que es persistente y severo, especialmente cuando se califica como un "8" o "9" en una escala del 1 al 10, no debe ser ignorado.

La importancia de la detección temprana

Detectar el cáncer de estómago en sus primeras etapas es crucial para un tratamiento exitoso. Según Mansfield, "Algunas personas ignoran los síntomas, mientras que otras los toman muy en serio desde el principio. Lo importante es no desestimar lo que sentimos si algo parece fuera de lo común". Si los síntomas persisten por más de dos o tres semanas, es fundamental buscar atención médica.

El cáncer de estómago puede ser difícil de detectar debido a la naturaleza inespecífica de sus síntomas iniciales. Sin embargo, la conciencia sobre estos signos y la atención médica temprana pueden marcar una gran diferencia en los resultados del tratamiento. La clave está en escuchar al cuerpo y no subestimar los síntomas persistentes que puedan indicar algo más serio.

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