Siete consejos psicológicos para evitar conflictos familiares en la mesa navideña

Aunque la premisa de estas épocas sea la reunión y la comunión pacífica, los desencuentros son bastante frecuentes.

¿Cómo evitar los conflictos en la mesa navideña? ¿Cómo evitar los conflictos en la mesa navideña?
23 Diciembre 2024

“Noche de paz, noche de amor”, reza la canción tradicional de la época, pero la realidad de la mesa navideña es que muchas veces supone más conflictos que entendimiento y compasión. Los conflictos familiares son bastante usuales en el tiempo de comunión. Pero, con el fin de aliviar las tensiones en las reuniones, existen algunas estrategias  desde la piscología que pueden ayudar a pasarla mejor en estas fiestas.

Regalos, música, comidas copiosas, luces y… conflictos familiares: las fiestas navideñas pueden provocar más problemas que la premisa de este tiempo sugiere. Compartir con los que más queremos forja el encuentro y la unión, dos experiencias sumamente valoradas. Pero la mesa navideña también invita a debates controversiales, preguntas incómodas o bromas pesadas por parte de un tío lejano o un primo segundo.

Las tensiones en las fiestas no son un hecho poco común. Los conflictos familiares están a la orden del día en la mesa navideña debido a una serie de factores que se concentran en una misma fecha: expectativas altas, dinámicas familiares complicadas y el casi inevitable roce de juntar a tantas personas en un mismo lugar.

¿Por qué las celebraciones navideñas generan tensiones familiares?

En el imaginario colectivo la Navidad se ve como un momento para estar unidos, pero justo esa idea puede complicar las cosas. Queremos que todo salga perfecto: la comida deliciosa, la decoración impecable y que las conversaciones sean agradables. Pero la perfección es poco frecuenta en la realidad, y las familias no siempre actúan como en las películas.

Uno de los principales problemas es la convivencia, pues el hecho de pasar tanto tiempo con familiares que no ves a menudo puede sacar a relucir viejas tensiones o diferencias. Además, cada quien tiene su propia forma de ser y de comunicarse, y eso puede llevar a malentendidos que complican más las cosas. Las expectativas no cumplidas como por ejemplo, la falta de colaboración para elaborar la comida navideña puede ser otras de las razones de frustración y enojo en el tiempo de celebración.

Y tampoco podemos ignorar el lado emocional. La Navidad puede recordarnos lo que nos falta: un ser querido que ya no está, metas que no alcanzamos o relaciones que se rompieron, y todo eso afecta cómo nos sentimos y puede hacer que reaccionemos con más intensidad de lo habitual.

Los consejos desde la psicología para librarse de los conflictos familiares en Navidad. Los consejos desde la psicología para librarse de los conflictos familiares en Navidad.

Los consejos para evitar los conflictos innecesarios en la Navidad

Quizás no podemos controlar cada detalle de la celebración navideña, ni decirle a los comensales qué preguntar o forzar a que todos ayuden a preparar la mesa festiva, pero sí que podemos anticparnos para manejar mejor las situaciones complicadas. Desde el sitio especializado Psicología y Mente facilitan algunas recomendaciones.

1. Prepará tu mente antes de la cena familiar

No se trata de predisponerse siempre ante lo negativo ni para atacar a nadie; pero sí de pensar en esos posibles escenarios que puede ser conflictivos.  Por ejemplo, si sabés que tu tía probablemente hará preguntas incómodas, tené preparadas respuestas breves para cambiar de tema con respeto y así evitar que te afecte. Esto te ayudará a sentirte con mayor control de la situación.

2. Ajustá tus expectativas

En lugar de esperar una reunión perfecta, centrate en disfrutar de lo que salga bien. Recordá que las imperfecciones son parte de la vida y de la dinámica familiar, por lo que soltar la idea de la perfección puede ayudarte a relajarte y a encontrar alegría en los momentos simples.

3. Hablá de forma clara y respetuosa

Hablá de lo que sentís y lo que necesitás, pero sin culpar ni atacar a nadie. Por ejemplo, si querés dar tu opinión sobre algún ajuste en la organización, en lugar de decir “Siempre hacés esto mal”, podrías decir algo como: “Me gustaría que intentemos organizar esto de otra manera”.

4. Evitá tomar todo personal

Cuando alguien suelta un comentario incómodo o molesto, antes de responder, tomate un momento para respirar y pensar. Muchas veces, lo que dicen no tiene nada que ver con vos, sino con lo que ellos mismos están viviendo.

Respirá profundo y recordá que cada quien carga con su mundo interior: sus preocupaciones, miedos o frustraciones, y a veces, proyectan eso en los demás sin darse cuenta. Si logras no tomártelo personal, ignorarlo o ponerte en su lugar y responder con calma, podés evitar que la situación se complique. Al final, lo que alguien dice habla más de ellos que de ti.

5. Buscá momentos positivos

Aprovechá para pasar tiempo con las personas con las que mejor te llevas, ayudá a preparar la cena, contá historias divertidas o simplemente charlá con quienes te hacen sentir a gusto. Esos buenos momentos pueden cambiar el ambiente y ayudarte a enfocarte en lo positivo de la reunión.

6. Aceptá que no podés cambiar a otros

Si alguien piensa diferente a vos y ves que no tiene apertura para escuchar otras perspectivas, no pierdas tu energía tratando de convencerlo. Cada quien tiene su forma de ver las cosas, y eso no tiene por qué afectar cómo te llevas con ellos. A veces, aceptar esas diferencias y cambiar de tema es la mejor salida para evitar conflictos.

7. Dedicá tiempo para vos

Antes o después de las reuniones, hacé algo que te ayude a desconectar: leer, salir a caminar, escuchar música o simplemente relajarte. Cuidarte es clave para llegar a las reuniones con una actitud más tranquila, y además te recuerda que también mereces tiempo para vos.

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