05 Enero 2025
Tomiko Itooka era la mujer más longeva del mundo El País
El pasado 29 de diciembre falleció Tomiko Itooka, la mujer japonesa que era la persona más anciana del mundo según el Guinness World Records. Tenía 116 años y vivía en una residencia de Ashiya, en la prefectura de Hyogo, centro de Japón.
Cuando le dijeron que encabezaba la Lista Mundial de Supercentenarios, la mujer se había limitado a contestar: “Gracias”. Al cumplir años en 2024 recibió flores, una tarta y una tarjeta del alcalde.
Nacida en Osaka, Itooka fue jugadora de voleibol en el instituto y durante mucho tiempo tuvo fama de espíritu vivaz, según relató Nagata. Escaló dos veces el monte Ontake, de 3067 metros de altitud. Se casó a los 20 años y tuvo dos hijas y dos hijos.
También dirigió la oficina de la fábrica textil de su marido durante la Segunda Guerra Mundial y vivió sola en Nara tras enviudar en 1979. Le sobreviven un hijo, una hija y cinco nietos. Según Nagata, se celebró un funeral con familiares y amigos.
¿Quién es ahora la persona más anciana del mundo, tras la muerte de Tomiko Itooka?
La monja brasilera Inah Canabarro Lucas se convirtió en la persona más anciada del mundo Hola
Tras la muerte de Tomiko Itooka, una monja brasileña de 116 años que vive en un convento en la ciudad de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, es ahora la persona más anciana del mundo, según datos de la organización LongeViQuest, que mapea a los "supercentenarios".
Se trata de Inah Canabarro Lucas, nacida el 8 de junio de 1908 en San Francisco de Assis, Rio Grande do Sul. Actualmente vive en el convento católico de la Congregación de las Hermanas Teresianas de Brasil, en la ciudad de Porto Alegre.
Según su biografía publicada en el sitio LongeviQuest, tuvo seis hermanos y comenzó su camino religioso a los 16 años en el internado Santa Teresa de Jesús, en Santana do Livramento, para luego mudarse a la capital del vecino Uruguay, Montevideo, donde se hizo monja.
Según el diario "O Globo", en 1930 regresó a Brasil para enseñar portugués y matemáticas en una escuela de Tijuca, Río de Janeiro, y luego regresó a Santana do Livramento, donde continuó enseñando.
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