Ya en el Pacto de Mayo que se firmó con gobernadores provinciales, se había establecido la necesidad de una reforma previsional profunda que haga sustentable al sistema; y la intención del gobierno nacional sería comenzar ese proceso de reforma durante 2025. ¿Es posible una reforma profunda en nuestro sistema previsional? Para poder analizar las posibilidades de la reforma del sistema previsional, tendríamos que saber con exactitud la intención del Gobierno nacional respecto de cuáles son los objetivos que se persiguen con el cambio.
Hasta ahora y conforme a lo manifestado desde el Gobierno o desde la Administración Nacional de la Seguridad Social, sin un proyecto aún, los puntos de reforma serían:
- Elevar la edad jubilatoria de manera gradual y equiparar la edad de ambos sexos.
- Eliminar los regímenes especiales que permiten a los trabajadores jubilarse con menos años de aportes, en algunos casos menos años de edad y en otros, cobrar un porcentaje del haber a la fecha de cese.
- Establecer una especie de premios para aquellos jubilados que accedieron a la jubilación ordinaria con los 30 años mínimos de aportes exigidos (es decir sin adherir a moratorias).
- Congelar por todo 2025 el bono de $70.000 para los beneficiarios de haberes mínimos.
- No transferir dinero a las cajas de provincias que no se adhirieron al sistema nacional.
- Pagar sentencias firmes de juicios por reajustes de haberes dándole prioridad a la actualización del haber, dejando para más adelante el pago de los retroactivos generados.
- Equiparar los haberes de regímenes excepcionales a los del régimen general.
Sabemos que a nuestro sistema le falta sustentabilidad y que la solidaridad se perdió hace mucho tiempo, dado que la recaudación previsional es insuficiente para hacer frente al pago de todas las prestaciones previsionales que cada vez son más y a cuyos titulares el Gobierno debe pagarles de por vida; una vida que con el tiempo va prolongando su expectativa debido al avance de la medicina.
Algunos puntos de reforma seguramente se podrían discutir en el Congreso de la Nación e incluso arribar a un acuerdo de reforma durante 2025; pero hay otros de alta sensibilidad que será muy complicado darles un tratamiento profundo y definitivo a través de una reforma actual.
Todos los puntos de la reforma que se pretende (en caso de materializarse en un proyecto de ley), persiguen dos objetivos:
- Pagar haberes menores equiparando los requisitos para todos los trabajadores, a través de la eliminación de los regímenes especiales
- Dilatar el momento de inicio de la jubilación, elevando la edad jubilatoria y eliminando aquellos regímenes que permiten jubilarse antes de la edad del régimen general.
De ese modo se concretaría el objetivo general del Gobierno nacional que es la reducción del gasto público y en esos casos, serían las empresas las que seguirían pagando sueldos si la edad jubilatoria fuese mayor o se elimina la posibilidad de jubilarse con antelación, en caso de tareas insalubres o regímenes extraordinarios.
Tal vez los temas que den mayor dificultad de tratamiento sean las actividades consideradas insalubres o riesgosas que son las que generan un agotamiento prematuro de la vida.
Decir que los trabajadores que desempeñan funciones en el campo, en la construcción, recolección de residuos, en líneas de alta tensión, choferes de micros, pilotos de aviones (y otras actividades insalubres o riesgosas) podrían acceder a la jubilación ordinaria con los requisitos del régimen general, equiparando la edad y los años de aportes, sería no reconocer la insalubridad, el riesgo y el desgaste físico que generan estas actividades. Por lo cual, va a ser complicado poder avanzar con algunos puntos de una reforma profunda y seguramente llevará a amplios debates en el Congreso de la Nación.