A pesar de su apariencia inofensiva, estos pequeños aparatos presentan un peligro latente. Frente a este fenómeno climático, pueden sobrecalentarse y convertirse en un riesgo de incendio. El calor extremo provoca el aumento de temperatura del ambiente y, combinado con la energía que los cargadores consumen, incluso cuándo no se los están utilizando, puede provocar el sobrecalentamiento de sus componentes.
Su principal peligro radica en su capacidad de generar calor de manera continua. Esto, sumado a variaciones en la tensión eléctrica, típicas durante los picos de consumo en días calurosos, puede ocasionar fallas en el aparato.
Consejos para evitar accidentes con cargadores frente a una ola de calor
-Desenchufar el cargador cuando no esté en uso para evitar sobrecalentamientos.
-Evitar el uso de cargadores de baja calidad o sin certificación que puedan ser más propensos a fallar.
-Inspeccionar con regularidad el estado de los cables, conectores y reemplazar los que tengan signos de daño o desgaste.
-No colocar los cargadores sobre superficies inflamables como camas, sillones o alfombras.
-Alejar los cargadores de fuentes de calor o luz directa del sol para evitar un aumento en la temperatura del dispositivo.
Dónde nunca dejar un cargador enchufado
Otro factor de riesgo es la ubicación de los cargadores. Colocarlos sobre superficies inflamables o cerca de materiales combustibles, como cortinas o muebles, incrementa significativamente el peligro.
Algunos de los lugares en los que debes evitar dejar cargadores enchufados son:
-Sobre superficies blandas o inflamables: camas, sillones o alfombras aumentan el riesgo de incendio en caso de sobrecalentamiento.
-En lugares expuestos al sol directo o sin ventilación: esto puede acelerar el sobrecalentamiento del cargador y sus componentes internos.
-Cerca de materiales combustibles: papeles, cortinas o muebles de madera son zonas de alto riesgo.