Terminó el año y con el comienzo de la temporada de vacaciones la agenda se llena de eventos, proyectos y encuentros de todo tipo: familiares, laborales, juntadas pendientes, despedidas y reencuentros tras un viaje, y la lista sigue. Otra vez, la agenda está repleta de actividades, como en diciembre.
No hay leyes universales ni es para todos igual, pero la batería social existe y varía según la personalidad de cada uno. Aunque no es un concepto científico, el término describe de forma informal la cantidad de energía que una persona tiene para socializar con los demás.
Qué es la batería social y por qué las reuniones provocan estrés
Según expertos, la batería social baja es un término “silvestre” e indica poca voluntad de tener cierto tipo de eventos sociales. Hay personas que tienen esa baja tolerancia circunscrita a ciertas áreas de su vida, por ejemplo, encuentros de trabajo o de parientes donde no sienten una afinidad, entonces es más un desgaste, algo que te quita, en vez de nutrirte.
Cuando cumplen por obligación, o uno va a un lugar solo para no quedar mal, a veces lo hace para evitar que algo peor ocurra. Entonces no hay ganas de socializar, porque no es lo mismo ir a una reunión social por elección para encontrarse con gente que uno quiere que ir por compromiso.
Falta de batería social vs. ansiedad social
Es fundamental poder diferenciar entre tener poca energía y sufrir ansiedad. Las personas con ansiedad social tienden a sentirse temerosas de la mirada del otro, por lo que cualquier encuentro se puede volver agotador. En cambio, las personas introvertidas pueden sentir que su energía social se agota porque necesitan momentos a solas para recargarse.