Los Trillizos Copleros que defienden la tradición calchaquí

La copla es patrimonio inmaterial de los Valles Calchaquíes, un soporte por donde circula la herencia ancestral y los relatos de la zona. En La Costa 1 de Tafí del Valle, los hermanos Facundo Ramiro, Joaquín Mariano y Daniel Ezequiel Cruz Medina (trillizos de 15 años) mantienen viva esa tradición, un legado transmitido por su abuela y enriquecido por sus propias creaciones, inspiradas en sus vivencias y recorridos.

A través de su canto, recuperan formas de vida, describen lugares y traen al presente a personas y experiencias que ya no están, como lo demostrarán hoy, en el 13° Festival de la Chuscha, que se llevará a cabo en el Complejo Democracia.

“Desde los siete años empezamos a cantar porque nuestra abuela Tránsito ya recitaba coplas. A la tarde, se sentaba en el balcón de la casa y nos enseñaba”, cuenta Facundo. Los adolescentes recuerdan cómo fue esa introducción en este arte, que para ellos no solo es un acto cultural, sino también una conexión con su historia familiar.

Facundo evoca a su abuela con cariño: “Antes de fallecer, cuando el cielo se ponía gris, recitaba: ‘Me gusta cuando truena; esa es señal de que va a llover, para plantar mi semilla y ver mi fruto crecer’, y comenzaba a arar la tierra para sembrar. Si estuviera viva, cantaría con nosotros”. En su honor, los hermanos dedican una canción que refleja la influencia de su abuela en su arte.

“Visitamos lugares y escribimos sobre lo que vemos. Fuimos a las ruinas de Quilmes a ver a los pueblos originarios de ahí, y a Amaicha para el Día de la Madre”, explican. Daniel añade: “Mi padre, en ese viaje, encontró un cardón con una flor muy grande y blanca, entonces le compusimos una copla”. También destacan la importancia de narrar historias de los Valles Calchaquíes, como en los versos que escribieron sobre las crueldades que sufrieron los habitantes de la zona durante la época de la conquista:

“Pobrecitos de los indios/ que todo el oro les han robado,/ pero no se llevaron las coplas/ porque en el canto han quedado./ Hablan de justicia y de derechos humanos./ ¿Quién devuelve lo nuestro, que todo se han llevado?/ Dejame aquí, tranquilo, con los pocos que quedamos./ Dejemos de andar peleando y dame un abrazo como hermanos”.

Sentimiento

La copla, para los hermanos, es un sentimiento profundo, un lamento y una manera de comunicar. “Cuando cantamos, siento que comunicamos algo que nunca se va a acabar”, explica Facundo. Joaquín añade: “Canto porque contamos la historia y la cultura”; y Daniel complementa: “Canto porque me da felicidad y para las generaciones nuevas”.

El instrumento que los acompaña es la caja, y también tiene una historia. “Esta está hecha de cuero de chancho del monte”, detallan, recordando cómo este elemento fue evolucionando desde sus materiales originales, como eran la piedra y la paja. “Su sonido nos causa un sentimiento de alegría y curiosidad porque no la conocíamos de chicos”, explican.

Cuando no están recitando en escenarios locales, los hermanos dedican su tiempo a diversas actividades. Facundo disfruta jugar al fútbol, hacer deportes y bailar chacarera. Joaquín encuentra en el piano y el dibujo otras formas de expresión artística, interpretando música clásica y temas de películas. Por su parte, Daniel combina el aprendizaje del violín con el deporte y el ciclismo.

Los tres estudian en el Colegio Agrotécnico Miguel Ángel Toro, donde cursan el tercer año y comparten la pasión por mantener vivas las tradiciones. Para ello subirán al escenario esta noche y dicen que lo harán con la emoción de compartir su canto que, según ellos, “es maravilloso porque transmitimos nuestra cultura”.