Los desafíos de ser talentosos
Los talentosos también sufren de algunas desventajas. Son personas a las que les cuesta seguir el ritmo estándar del grupo en el cual están. Norma Contini, doctora en psicología y especialista en psicología clínica y psicodiagnóstico, menciona a María Martina Casullo, una gran investigadora de la UBA, quien afirmó que si un niño talentoso no es identificado y no recibe asistencia acorde a sus capacidades, puede cursar a futuro hacia trastornos de personalidad al no sentirse satisfecho. Son personas muy demandantes, activos, buscadores de información e incansables. “En mi experiencia, no es tan sencilla la vida de las personas tan talentosas porque les cuesta ajustarse a un entorno que no responde a sus propias formas de resolver las cosas. Necesitan un acompañamiento para poder tramitar esas capacidades”, sostiene Contini. La mejor forma de acompañar a estas personas es fomentar la pertenencia a una escuela común y una vez que se ha identificado a la persona talentosa, buscar mentores, que sean los que acompañen a ese niño para desarrollar esas capacidades.
¿Qué es un superdotado?
¿Qué significa tener un alto cociente intelectual? ¿Cómo se confirma que alguien es talentoso o genio? ¿Cómo se lidia con una persona con alto IQ? Estas dudas no suelen formar parte de nuestras preocupaciones, pero en algunos meses Tucumán será un lugar especial para contestarlas. Mensa, una organización internacional sin fines de lucro, tiene pensado hacer su arribo a la provincia en abril y, además de también contestarnos las preguntas iniciales, traen su propio proyecto. Contini comenta primeramente que el término correcto para referirse a estas personas es “talentoso” y no “superdotado” como suele decirse. Para hablar de aquellas personas talentosas todo se basa en la escala de inteligencia para niños de David Wechsler. Se trata de una prueba que surge en Estados Unidos, a la que le hicieron una adaptación para la población argentina y que se enseña en la Facultad de Psicología. En primer lugar, la inteligencia tiene una distribución donde el 68% de las personas poseen una inteligencia normal, con un cociente intelectual de entre 90 a 109. Es a partir del cociente 130 que se empieza a considerar que una persona tiene altas capacidades desde el punto de vista psicométrico, donde se encuentran los “talentosos”, que conforman el 2% de la población y más arriba los “genios”, que conforman solo el 0,4%.
Se habla de un pensamiento divergente o lateral, opuesto al pensamiento común o estándar que se tiene normalmente para resolver problemas. Una persona talentosa no sólo tiende a resolver problemas de manera diferente, sino que es creativo en la resolución y planteo de esos problemas. También se habla de la fluidez y la flexibilidad, un talentoso suele tener un torbellino de ideas permanentemente y suelen plantearse diversas opciones para resolver algo. “Se trata de personas más complejas, que van a una velocidad en donde a veces los padres y en la mayor parte de los casos, la escuela o el sistema educativo, no pueden seguir ese ritmo y en el caso de las instituciones escolares no están preparadas probablemente para atenderlos”, señala Contini.
¿Cómo identificarlos?
Si bien hay pruebas para las habilidades cognitivas, señala Contini, también hay pruebas que evalúan las variables emocionales. Para hacer un diagnóstico de talento hay que tener en cuenta una serie de condiciones. Según el psicólogo Gabriel Lucero, también se deben tener en cuenta factores cómo la creatividad y la motivación. “No es simplemente responder algunas preguntas, hacer algunos problemas y ya está, sino que también tiene que ver con algo creativo, de querer superarte, de querer investigar, entonces no sólo nos centramos en un resultado de un test de inteligencia, pero si es un dato importante a la hora de llegar a esa categoría de ‘‘superdotado”, señala. Ananda Rosso, licenciada en psicología y psicóloga evaluadora nacional de Mensa Argentina, comenta que el perfil de una persona con alto cociente intelectual no es homogéneo. Se podría hablar de un perfil multifactorial, donde inciden factores tanto por herencia como por ambiente; por lo que es correcto plantear que una persona nace con un potencial, que, dependiendo de las condiciones, logrará o no, a desarrollarse en su máxima expresión.