Cruzaron ríos, recorrieron senderos y treparon montañas: Así Tafí "A" se quedó con la prueba más exigente de las Intervillas

El equipo ganador mostró un nivel altísimo y superó por amplio margen a sus perseguidores.

FESTEJO. Mamaní, Carreras, Vaca y Morcos cruzan la meta con los brazos en alto. Tafí A dio cátedra en la prueba. FESTEJO. Mamaní, Carreras, Vaca y Morcos cruzan la meta con los brazos en alto. Tafí "A" dio cátedra en la prueba. LA GACETA / Analía Jaramillo
08 Febrero 2025

El sol pega fuerte en Tafí del Valle, a pesar de que el termómetro marca 15 grados menos que San Miguel de Tucumán. Para esquivar el calor, la Carrera de Montaña, una de las competencias más exigentes de las Olimpiadas Intervillas, se corrió durante la mañana. Pero la estrategia apenas alcanza: el desgaste es extremo, el recorrido demanda resistencia y cada kilómetro pone a prueba a los participantes.

Tafí “A” completó los 15 kilómetros en 2 horas y 5 minutos, y lo hizo con un margen abrumador sobre el resto. El equipo ganador, integrado por Agustina Vaca, Cristian "Pinocho" Mamaní, Virginia Carreras y Nicolás Morcos, marcó el ritmo desde el inicio y terminó despegándose hasta perder de vista a sus rivales. “En un momento Raco nos pasó, pero casi siempre los tuvimos atrás pisándonos los talones. En un momento los perdimos de vista y tuvimos miedo porque creíamos que nos habíamos perdido. Después nos dimos cuenta de que era que habíamos ampliado la ventaja y los habíamos dejado atrás”, contó Agustina, quien debutó en las Intervillas con una actuación impecable.

El calor no fue un inconveniente para Tafí "A"

 
La clave del equipo estuvo en la experiencia y en el trabajo en conjunto. Virginia y Agustina se entrenan en Yerba Buena junto un grupo de running; Morcos, en tanto, realiza un entrenamiento variado y completo y planea correr el medio “Ironman”; mientras que "Pinocho" conoce la montaña como pocos: es de Tafí y guió a sus compañeros durante todo el recorrido. “Hizo mucho calor, pero había puestos de hidratación. Eso ayudó a aguantar toda la carrera”, explicó el tafinisto, acostumbrado a desafiar la altura y las pendientes de su tierra.

El trazado combinó tramos de río, senderos y una exigente subida al “Pelao”, con un desnivel acumulado de 800 metros y una altitud que alcanzó los 2.400 metros en la antecumbre. Desde allí, comenzó el descenso para luego volver al pie de la loma de La Cruz y cerrar el circuito en el club. Al cruzar la meta, no hubo dudas: Tafí “A” se quedó con la prueba más demandante de las Intervillas y dejó en claro que la montaña es su terreno favorito. (Producción periodística: Sofía Lucena)

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