

El tránsito hacia las elecciones de medio término se presenta bloqueado por internas, rupturas y enfrentamientos, tanto en el arco ideológico como en el partidario. La congestión amenaza con retrasar políticamente a muchos, aunque otros otean en el horizonte una victoria aplastante para los seguidores de Javier Milei. Spoiler alert: si todo sigue como viene, Tucumán le dará cuatro votos más en Diputados para todo lo que el mesiánico jefe de Estado proponga.
Antes de la conclusión, algunas hipótesis. A unos ocho meses de los comicios en los que Tucumán renovará cuatro bancas en la Cámara Baja, las fuerzas políticas juegan para “las del cielo” por estos lares.
La Unión Cívica Radical acaba de consagrar a Agustín Romano Norri como presidente. Finalmente validaron la lista única que encabeza el joven parlamentario. ¿Queda una UCR “chiquitita”?, se le preguntó. El legislador entiende que no, pero hay más dispersión radical que aires acondicionados encendidos. Por un lado están los que se fueron con Osvaldo Jaldo (como José Ascárate y Raúl Albarracín) y por otro los que se acercaron a Milei (como Mariano Campero, su partido y a la par suya Pablo Macchiarola y Manuel Courel, entre otros). Roberto Sánchez se mueve en cuasisoledad, o al menos alejado de la “orgánica” del partido que presidió hasta hace poco y de Campero, con quien supo conformar una yunta potente, como la de bueyes. Están quienes dicen que el ex piloto podría sellar algún acuerdo electoral con la Libertad Avanza (se termina su mandato) y quienes afirman que se tomará un respiro de la política. Las jóvenes promesas de renovación que encarnan José María Canelada y Gustavo Cobos también caminan por andarivel propio y no están en la nómina de la nueva conducción radical. Tampoco forman parte de ese team los experimentados José Cano y Sílvia Elías.
Así las cosas, Romano Norri avisó que seguramente tendrán vocación frentista para estos comicios. Claro, sino con quién saldrá al barro a pelear. Por lo pronto, aclaró que él no quiere ni será postulante y que lo acompañan los hermanos Mendía, los García, los Salazar y su propio congénere, además de otros apellidos históricos como Mibelli y Avignone. Rota, pero en reconstrucción, la UCR anticipa jugar a favor del vaticinio del primer párrafo.
El PRO también aguarda definiciones, en el mar de dudas que representa la relación entre Mauricio Macri y Milei. En Tucumán descuentan que irán con La Libertad Avanza, pero muy posiblemente en lugares poco felices en la lista. CREO les pelea lugares y espectro ideológico y podría terminar ocupando el segundo lugar en una hipotética nómina de LLA. Si el macrismo rompe con los libertarios, podría haber listas propias en todo el país. Y más dispersión de votos.
Otro tanto podría pasar con Fuerza Republicana. Hoy aparece más que lejana la chance de que forme parte de una lista de candidatos del partido del presidente. FR cayó en desgracia con la Nación por las malas gestiones de un par de dirigentes que Ricardo Bussi recomendó en organismos nacionales con sede en Tucumán. A eso se suma una investigación -interna- por millones que rápidamente se habrían esfumado de uno de esos organismos. Hay funcionarios del Presidente que no quieren ni oír hablar de quien fuera el precursor de Milei en la provincia y que parecía destinado a ocupar el centro de la escena comarcana.
¿Y el Partido por la Justicia Social? Bien, gracias. La senadora Beatriz Ávila vota a tono con Milei (o con Jaldo o viceversa), Germán Alfaro permanece en el ostracismo y lo que supo ser una potente fuerza política en San Miguel de Tucumán, con legisladores y concejales pugnando espacios de poder, parece hoy apenas una letra más en la sigla del PJ. ¿Será que el PJS adherirá a un frente con el PJ? ¿O será PJS-LLA?
Los que cortan el queso
Con la foto de hoy, la compulsa parece encaminada a darse entre lo que suceda con el mileísmo y con el jaldismo, dos equipos que comparten la pasión por la peluquería de tijera, recorte y muñeca derecha firme. ¿Cómo van a convivir los aliados? ¿Cómo van a competir cuando uno y otro dependen de favores mutuos? ¿Qué se va criticar, o cómo, a Milei o a Jaldo de uno u otro sector si ambos están unidos por algún hilo rojo, para muchos, de color indefinido?
Por el lado de LLA en Tucumán, afirman que aún no hay nada definido, que no se habla de candidaturas, que no se dialogó con nadie y que están recorriendo el territorio y llevando las ideas de la libertad a toda la provincia. Sí aclaran que, por ejemplo, no hay charla alguna con Fuerza Republicana y que ese partido tampoco buscó un acercamiento con el del Presidente. Pero afirman que las puertas están abiertas para todos los que comulgan con las ideas presidenciales. En Buenos Aires insisten con que Lisandro Catalán será la punta de lanza en los comicios nacionales en nuestra provincia y en el NOA. El vicejefe de Gabinete no cesa en sus viajes a Tucumán -pasado mañana estará aquí visitando la obra en el aeropuerto- y se mantiene al tanto de todo lo que se hace, se dice y se planea aquí sobre él, sobre Jaldo y sobre la “política” en general. Como planteó el jefe de Redacción de LA GACETA, Federico van Mameren, en su columna dominical, podría poner en un brete al mandatario si la ola mileísta se lleva puesto al oficialismo tucumano, como hace dos años.
En la Casa de Gobierno respiran aires de batalla pero también de tranquilidad. Confían en que la gestión va aplacar la “moda” mileísta. En palabras del ministro del Interior, Darío Monteros, en LGPlay: la gente puede adherir a la visión del Presidente, pero sabe que el que está a la par de sus necesidades en el día a día es el gobierno de Jaldo. En la diligencia para ocuparse de lo urgente que exhibe el gobernador y en la gestión cercana a dirigentes y vecinos en el interior se va a apoyar la estrategia electoral del oficialismo.
Lo que no dicen es que también se va a “aparatear” para impedir que LLA les pise la cabeza en su propia casa.
Sin PASO, el partido del oficialismo provincial, el PJ, milita también la ruptura. Aplauden los peronistas no mileístas, que ahora tienen menos presión: con primarias vigentes, estaban ante el dilema de participar y luego tener que acompañar una lista cuyos diputados luego terminen apoyando los proyectos de Milei. Hay un grupo de peronistas que ya trabaja para ofrecer una alternativa “sin peluca” a los votantes. Muy posiblemente será un frente de partidos históricamente cercanos al kirchnerismo. El legislador Javier Noguera suena como posible cabeza de lista, más aún luego de la foto junto a Cristina Fernández y Pablo Yedlin que circuló la semana pasada. Yedlin siempre mantuvo esa línea pública, pero recién ahora otros asoman la cabeza. Creen que se sumarán más, entre ellos el mellizo díscolo y su gente, al igual que el ex gobernador y presidente del PJ local Juan Manzur. Habrá algunos históricos K que se plegarán y otros jóvenes camporistas que están más cerca de la actividad privada que de la pasional militancia que supieron tener años atrás.
El jaldismo huele sangre y le gusta. Lejos de la visión respecto de que la ruptura o división podría debilitarlos ante el mileísmo, quieren que los disidentes al gobernador presenten lista propia por otra alianza partidaria: prometen darles una paliza de perro huevero. Con ello, abundan, se sacarán de sus oídos el zumbido de moscas molestas e identificarán claramente a los “traidores”.
Así las cosas, el spoiler de esta columna parece más una obviedad: las cuatro bancas en pugna podrían terminar ocupadas por diputados que levanten la mano a favor del Presidente. La diferencia radica en que un Jaldo segundo en caudal de votos dejaría con menos margen de negociación al gobernador ante el jefe de Estado nacional y encendería alertas de cara a 2027. Si su lista sale primera, se consolidaría su potestad para definir el futuro y aplastar a neoleones y peronistas díscolos que sueñan con verlo trastabillar.