

El optimismo se respira en cada rincón. La victoria en Paraná contra Patronato, sumada a la solidez que el equipo mostró desde el inicio de la temporada, consolidó un gran ambiente en el plantel de San Martín de Tucumán. La jornada de entrenamiento en el complejo Natalio Mirkin dejó en claro el buen clima que se vive: risas entre los jugadores, trabajos en el gimnasio con la música a todo volumen y una energía que refleja el buen presente del equipo dirigido por Ariel Martos. Sin embargo, dentro del vestuario, hay un mensaje que se repite en la previa contra Güemes de Santiago del Estero: la clave para sostener el nivel será evitar la relajación.
El conjunto de Bolívar y Pellegrini lidera la Primera Nacional gracias a un inicio prometedor, en el que mostró orden defensivo, paciencia para manejar los tiempos de los partidos y efectividad en ataque. Pero el torneo es largo, y en la categoría no hay margen para la confianza excesiva. Este domingo, el “Santo” tendrá un nuevo desafío en La Ciudadela cuando reciba al “Gaucho”, un rival que suele ceder la iniciativa y apostar a la solidez defensiva.
Pero la virtud más importante de San Martín fue su capacidad para adaptarse a distintos escenarios. En este arranque de temporada, el equipo supo ser compacto, incisivo y efectivo cuando el partido lo requirió. “Nosotros trabajamos para esto, para estar sólidos, para que el equipo cada vez muestre mayor seguridad en defensa”, explicó Martos en conferencia de prensa. Y hasta ahora, los resultados le dan la razón.
El tándem defensivo que conforman Tiago Peñalba y Guillermo Rodríguez fue clave en esa solidez y así lo explicó el zaguero central oriundo de Salta. “Nos entendemos muy bien, tratamos de comunicarnos en todo momento”, destacó Peñalba sobre su relación con Rodríguez en el campo de juego. “Sabemos que es una categoría difícil, pero estamos confiados en el trabajo que hacemos día a día”, agregó Peñalba, quien considera que la clave del buen presente es la intensidad con la que se trabaja en cada entrenamiento.
En Paraná, Patronato casi no lo inquietó, y cuando intentó hacerlo, apareció la seguridad de Darío Sand bajo los tres palos. Ese mismo funcionamiento buscará el “Santo” este domingo ante su gente. “Nos paramos bien defensivamente y desde ahí fuimos creciendo”, explicó el arquero sobre las claves del triunfo en condición de visitante. “Lo importante es que mis compañeros jueguen con confianza, sabiendo que atrás hay alguien que puede responder”, agregó Sand, dejando en claro que el equipo se siente respaldado por la firmeza en su última línea.
El desafío de sostenerse
San Martín está en lo más alto de la tabla, pero sabe que mantenerse ahí será un reto aún mayor que haber llegado. “Es difícil porque el torneo es muy largo y hay muchos partidos, pero vamos partido a partido”, advirtió Martos, quien no quiere que su equipo pierda la concentración. “Obviamente que ganando es más fácil corregir, pero esto recién empieza”, sentenció.
Esa mentalidad es compartida por los jugadores. Sand, una de las voces de experiencia dentro del plantel, fue claro al respecto. “Hay que trabajar partido a partido, no podemos relajarnos. Esto recién arranca y queda mucho camino por recorrer”, afirmó el arquero, quien sabe que la exigencia será cada vez mayor a medida que avancen las fechas.
El próximo desafío del “Santo” será ante un equipo que suele replegarse y ceder la iniciativa. De esta manera, Martos y su cuerpo técnico ya trabajan en cómo contrarrestar ese planteo y en seguir consolidando la identidad de juego que llevó al equipo a la cima. “Seguramente nos esperen y nos den la pelota”, analizó Martos sobre el juego de los dirigidos por Marcelo Vázquez. “Tendremos que encontrar los caminos para desequilibrar”, agregó el entrenador, quien ya comenzó a planificar cómo romper la estructura defensiva del “Gaucho”.
Si bien el equipo mostró solidez defensiva y un gran compromiso colectivo en la mitad de la cancha, todavía hay aspectos a mejorar en la ofensiva.
“Somos un plantel que todavía se está conociendo, pero con el correr de los partidos vamos a ir ajustando detalles”, reconoció Martín Pino, quien mostró destellos de su potencial, pero también es consciente de que el equipo debe generar más peligro en los últimos metros.
Este renovado San Martín demostró que puede adaptarse a distintos contextos de partido. Cuando el rival se repliega, busca ser paciente y encontrar los espacios. Cuando se encuentra en ventaja, sabe administrar el ritmo sin desesperarse. Pero contra Güemes, el desafío será mantener la intensidad y no caer en la trampa de un equipo que intentará jugar con la desesperación del “Santo”.
“Sabemos que ellos defienden con una línea de cinco, así que tendremos que buscar las espaldas de los defensores. Creo que ahí va a estar la clave para lastimarlos”, explicó el delantero.
La ilusión está intacta, pero el mensaje dentro del plantel es claro: la única manera de sostener el nivel es con trabajo y concentración. Este domingo, San Martín tendrá una nueva oportunidad para demostrar que está para grandes cosas.