

Una de las novedades de este ciclo lectivo 2025 en Tucumán es la regulación por ley el uso de celulares en las aulas, una medida que busca equilibrar el acceso a la tecnología con la necesidad de optimizar el rendimiento académico de los estudiantes, sin distracciones.
La decisión coincide con un contexto en el que Argentina lidera los rankings internacionales en distracción escolar por el uso de dispositivos móviles. Según el informe “Celular en el aula: uso, distracción y aprendizajes” del Observatorio de Argentinos por la Educación, el 54% de los alumnos argentinos de 15 años reconoce distraerse con dispositivos digitales en las clases de Matemática, y el 46% asegura que también lo hace por el uso de sus compañeros. Ambos porcentajes son los más altos entre los 80 países que participaron en las últimas pruebas PISA.
El informe también destaca la relación negativa entre la distracción por tecnología y el desempeño académico: en los países con más estudiantes distraídos, los puntajes en Matemática tienden a ser más bajos. Mientras que Argentina, Uruguay y Chile presentan altos niveles de distracción y desempeños relativamente bajos, Japón y Corea del Sur, que restringen el uso de celulares, combinan baja distracción con altos resultados académicos.
No obstante, la solución no parece ser simplemente la prohibición. “La ley no dice prohibir, establece regular”, enfatiza Antonio Antúnez docente tucumano que en diálogo con LA GACETA.
El maestro, remarcó que en la actualidad el niño tiene una madurez digital que muchas veces a los adultos les cuesta reconocer, por lo que el reto para él es integrar los celulares con criterio pedagógico ya que la incorporación responsable de los dispositivos en el aula podría ser una herramienta clave para enseñar a los alumnos a manejar su presencia en redes y el impacto de la tecnología en su vida cotidiana.
Tema cotidiano
“Justamente hoy (por ayer) hablamos con los alumnos al respecto de esta disposición”; afirmó Antúnez para confirmar que la implementación de esta norma ya es materia de diálogo en las aulas de la provincia.
Las escuelas, sin embargo, pasarán un tiempo por un periodo de adaptación y concientización de los motivos de esta disposición en la que se trabaja en algunos colegios privados.
“El objetivo de la medida no es tan solo que mejore la atención de los estudiantes durante las clases, sino también su comportamiento”, añadió Úrsula Luft, directora de la Escuela Secundaria Rodolfo de la Colina en El Manantial.
En el caso de otras instituciones que fueron pioneras en este tipo de regulaciones, como la Escuela Municipal Petrona Campero de Adami en Yerba Buena, han demostrado que la decisión trae aparejada otros desafíos.
“La escuela está equipada con recursos tecnológicos como un aula digital móvil con computadoras portátiles, netbooks, una sala de informática y conexión a internet”, explicó Victoria Desjardins, directora de Educación de la Ciudad Jardín. Ella argumentó que el sistema educativo debe ser inclusivo y que una medida de restricción sin alternativas tecnológicas podría generar exclusión.
Ana Carolina Rosenberg, directora de la Escuela N°49 “Juan Bautista Alberdi”, en esa línea comentó que la medida afectará de manera diversa según la realidad de cada zona de la provincia. “En nuestra institución no todos los chicos tienen acceso a un teléfono celular”, aclaró. La maestra y Antúnez, coincidieron en este punto que garantizar una conexión a internet de calidad en cada establecimiento podría ser el próximo objetivo a alcanzar para las autoridades que intervienen en el tema.
Así, Tucumán enfrenta ahora el reto de convertir esta regulación en una oportunidad para mejorar la calidad educativa sin perder de vista el potencial de la tecnología como herramienta de aprendizaje. “No podemos perder la oportunidad de enseñar el buen uso del teléfono”, reflexionó Antúnez para finalizar. La clave estará en encontrar un equilibrio entre control y formación digital, para que los estudiantes puedan desarrollar habilidades tecnológicas con criterio y responsabilidad.