
El fiscal en el juicio por la muerte de Diego Maradona calificó la internación domiciliaria durante la que falleció la leyenda del fútbol hace cuatro años como “un teatro del horror”, al comenzar ayer el juicio por homicidio contra siete profesionales de la salud.
El fiscal Patricio Ferrari afirmó al inicio de la audiencia en San Isidro, Buenos Aires, que los acusados “fueron absolutamente indiferentes” al riesgo de muerte que corría Maradona.
También calificó la internación domiciliaria, en la que el campeón del mundo 1986 se recuperaba de una neurocirugía, como “temeraria, deficiente y sin precedentes”. Agregó que el equipo médico no siguió ningún protocolo y describió el lugar como “un teatro del horror”.
Mostró además una fotografía de Maradona recostado y con su cuerpo visiblemente hinchado. “Así murió Maradona”, sostuvo Ferrari.
Los profesionales de la salud que debían atenderlo habían participado de “un asesinato”, agregó el fiscal. “Lo condenaron al olvido (...) y deliberadamente y con crueldad decidieron que muriera”.
La exhibición de la cruenta imagen hizo llorar a las tres hijas, Jana, Dalma y Gianinna, presentes en la sala. Para el abogado de las últimas dos, Fernando Burlando, su uso “no fue ningún golpe bajo”. “El golpe bajo se lo dieron a Diego, porque ese es el estado en que lo dejaron, que el día de su velatorio no entraba ni siquiera en el cajón, de lo inflamado y lo hinchado que estaba”, comentó a un grupo de periodistas durante una pausa de la sesión.
Dolo eventual
La primera audiencia en este juicio se instaló ayer un poco antes de las 11 y terminó hacia las 19. La próxima sesión tendrá lugar mañana, cuando se discutirán aspectos técnicos sobre el proceso que se espera dure al menos hasta julio, con cerca de 120 testigos citados.
Siete miembros del equipo médico de Maradona están imputados por “homicidio simple con dolo eventual”, es decir que podían conocer las consecuencias fatales de sus actos. Los acusados arriesgan entre ocho y 25 años de prisión.
El carismático jugador, que padecía múltiples patologías crónicas, murió por edema pulmonar e insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 en su residencia particular en Tigre, al norte de Buenos Aires.
Su fallecimiento conmocionó al mundo, fue llorado por millones y motivó tres días de duelo nacional y un multitudinario velatorio en el palacio presidencial.
Decenas de seguidores se congregaron ayer a las puertas del tribunal con banderas argentinas y afiches con el rostro del ídolo deportivo al grito de “¡Justicia para el Dios del fútbol! ¡Que paguen todos!”.
Verónica Ojeda, expareja de Maradona y madre de su hijo menor, Diego, de 11 años, les agradeció entre lágrimas su presencia antes de ingresar a los tribunales.

Los acusados son el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz, la médica coordinadora Nancy Forlini, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna y el enfermero Ricardo Almirón. La enfermera Dahiana Gisela Madrid será juzgada separadamente en un juicio por jurados.
Los cinco hijos de Maradona y las hermanas del futbolista son querellantes.
Defensa
Los acusados niegan toda responsabilidad en la muerte de la leyenda del fútbol mundial escudándose en su propia especialidad o tarea segmentada.
El abogado Vadim Mischanchuk, defensor de la psiquiatra Cosachov, declaró que era “muy optimista respecto a una absolución”.
“Mi defendida estaba velando por la salud mental de Maradona, pero él falleció por un evento cardíaco, por lo que de ninguna manera (ella) debería haber llegado a este juicio”, dijo.
De su lado, el abogado Rodolfo Baqué, defensor del enfermero, expresó: “Lo siento mucho por las hijas y el hijo, pero Almirón fue el que avisó que tenía 118 pulsaciones, ¿por qué está acá?”.
“Todos sabían cuál era el estado de Maradona, cada uno tenía diferente poder de decisión. ¿Y Almirón por qué podía tener ganas de matar a Maradona?”, prosiguió, al relatar que él solo había sido enviado por el centro de salud en el que trabajaba.
La familia de Maradona hace foco en audios y mensajes escritos que se filtraron al inicio de la investigación, en los cuales “quedó claro que ellos (el equipo médico) sabían que si Diego seguía así, iba a morir”, dijo Mario Baudry, abogado de la querella.
Dalma y Gianinna Maradona, que no dieron declaraciones, han pedido repetidamente en redes sociales “justicia” por su padre, un reclamo al que se suman miles de argentinos.
“Justicia para Diego”, proclaman también muchas pintadas en el barrio La Paternal de Buenos Aires, donde Maradona se inició como futbolista en el club Argentinos Juniors.
Los acusados
Leopoldo Luciano Luque: el neurocirujano de 43 años fue el médico personal de Diego en sus últimos años. Es uno de los que decidió que la recuperación siguiera en la casa del barrio San Andrés, en Tigre. Se lo acusa de no haber tomado las medidas necesarias para garantizar su cuidado y de haber ocultado información sobre su estado de salud.
Agustina Cosachov: la psiquiatra de 40 años ese encargaba de indicar la medicación y firmó la externación de la clínica de Olivos. Se la acusa de no haber administrado correctamente los psicotrópicos y de falsificar un certificado médico sobre una visita nunca realizada. También le habría mentido a la familia sobre el estado de salud del exfutbolista.
Carlos Díaz: el psicoanalista de 33 años está especializado en adicciones. Hacía el tratamiento psicológico del exjugador. Está acusado de no haber indicado su internación en un centro de rehabilitación y de interferir en las decisiones médicas. Además, se lo señala por no haber informado a la familia sobre la gravedad de su estado de salud.
Nancy Forlini: la médica de 56 años estaba a cargo de la Gerencia de Cuidados Domiciliarios de Swiss Medical, la empresa de medicina prepaga que contrató el servicio de atención. Según declaró, su tarea era sólo organizar la asistencia de enfermería y acompañantes terapéuticos.
Mariano Perroni: el coordinador de enfermeros de 44 años trabajaba para Medidom, brindando el servicio de cuidados domiciliarios. Se lo acusa de haber falseado registros sobre su estado de salud y de no tomar medidas ante la falta de control médico adecuado.
Pedro Pablo di Spagna: el médico clínico de 52 años sólo lo visitó dos veces en 14 días. Se lo acusa de no haber realizado controles regulares ni garantizado estudios indicados. Además, habría avalado la negativa del paciente a ser revisado, agravando su estado.
Ricardo Almirón y Dahiana Gisela Madrid: los enfermeros contratados por Medidom, eran responsables de sus controles médicos. Almirón afirmó que sólo podía revisarlo si él lo permitía. Madrid, quien le hizo RCP al encontrarlo sin vida, está señalada por falsificar registros y cambiar su versión sobre si Maradona se movió esa mañana. Será la única en enfrentar un juicio por jurados en julio.
Cómo sigue: se esperan más de 100 testigos
El fiscal Ferrari presentó numerosos detalles sobre el proceso que está comenzando. Informó que se espera que más de 100 testigos sean convocados durante el juicio, el cual podría extenderse durante casi cinco meses. Entre los testigos se incluyen médicos que intervinieron en la salud de Diego durante sus últimos días, familiares cercanos, y otros profesionales que estuvieron involucrados de alguna forma en su atención. Fernando Burlando, el abogado de Dalma y Giannina Maradona, aseguró: “escucharemos cosas que van a estremecer”.