
Virginia Guidetti tiene 36 años y miles de kilómetros en ruta sobre las motos. Hace poco decidió dar un giro sin precedentes a su vida y relegó su carrera como modelo para sumarse a las pistas del Superbike argentino. Su pasarela dejó de estar rodeada de reflectores y ahora es de asfalto y la única luz que la alumbra es la que acompaña la carretera.
Aunque la mayor parte de su tiempo hoy está dedicado a ganarse un nombre en el motociclismo, hace uno años Guidetti colaboró con primeras marcas como Stela McCarney, Paul Smith y Alberta Ferreti. Hoy, su primera marca no es de indumentaria femenina, sino de motos, porque se convirtió en embajadora oficial de Benelli.
Virginia Guidetti: una modelo sobre ruedas
Guidetti no abandonó completamente el modelaje, sino que decidió formatear el modo en que se dedicaba a él. Hoy hace algunos trabajos puntuales, pero los elige siempre relacionados a su nuevo mundo. Trabaja en campañas para marcas de indumentaria de motos como LS2 y Minetoone.

Su referente de los fierros es René Zanatta, el entrerriano multicampeón argentino y sudamericano de motociclismo y bicampeón de Superbike. Según ella misma contó, fue él quien la empujó y estimuló para que tomara la decisión de animarse a competir.
"Desde chiquita fui fanática del Moto GP y veía las carreras con mi viejo, pero pasaron muchos años hasta que empecé a andar en moto", contó la influencer. Hoy no solo colabora con marcas reconocidas mundialmente, sino que se ganó un lugar en el corazón del público. En su cuenta de Instagram tiene más de 120.000 seguidores y más de 82.000 suscriptores en su canal de Youtube.
La motociclista se dedica a crear contenido para sus seguidores. En su canal comparte sus largos viajes y travesías. Ahora, los publicistas la invitan para formar parte de lanzamientos, competencias y aventuras colectivas con otros motociclistas. Incluso pasó por Tucumán con una de las expediciones de Benelli.
Una fanática del Moto GP
Desde chica estuvo en contacto con las motos. Su padre las tenía y ella conducía: salía con sus amigos y la idea de competir le rondaba -incluso la habían insitado a hacerlo- pero nunca le había hecho frente. Las carreras del MotoGP siempre la tenían como espectadora.

Finalmente lo decidió. "Me compré una moto chica porque me di cuenta que con la BMW (que tenía) estaba como estancada en mi nivel y quería estar más a la par de mis amigos cuando íbamos a girar a Termas de Río Hondo", explicó.
Con el objetivo de correr, Guidetti hizo algunas locuras como vender un terreno para comprar la moto de carrera. "Me hice de una R3 y ahí empecé a pensar más seriamente en la posibilidad de competir, ya que muchos equipos me incentivaban a hacerlo. En el último tiempo, René fue quien más me alentó y me dio la confianza".