22 Marzo 2025
La estimulación cognitiva es clave para retrasar las enfermedades neurodegenerativas.
El cerebro es tal vez el órgano más complejo del cuerpo humano y, como tal, tiene una función vital para nuestro desempeño. Pero con el paso del tiempo, estas funciones van desgastándose y aparecen las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. Pese a que estas no tienen cura, hay algunos hábitos que pueden incorporarse para retrasar su aparición.
El Alzheimer avanza de forma progresiva y se caracteriza por una serie de comportamientos del paciente. Empiezan las dificultades para recordar, concentrarse, planificar o resolver problemas, y hasta para desempeñar actividades cotidianas. Por eso es importante ejercitar el cerebro con actividades que fortalezcan aspectos como la memoria o el pensamiento lateral.
La doctora en Psicología Lucía Crivelli es jefa de Neuropsicología en Adultos del hospital Fleni. Es especialista en Neurociencia Cognitiva Aplicada y compartió con Infobae dos ejercicios clave para fortalecer el cerebro.
Alzheimer: ejercicio para fortalecer la memoria
El primer ejercicio consiste en dibujar una serie de puntos en una hoja evitando tocar los bordes. Todos los puntos deben estar dentro de una misma área de la hoja sin que el paciente sea plenamente consciente de ello. Se deben incluir dos puntos de cada color y el ejercicio consistirá en unir los puntos con líneas rectas sin despegar el lápiz.
El objetivo de este ejercicio es estimular el pensamiento lateral y fomentar la búsqueda de soluciones. “Las personas intentan unir los puntos dentro de los límites establecidos visualmente, pero la clave está en salir del marco predefinido”, explicó la doctora.
Alzheimer: ejercicio para mejorar la capacidad verbal
El segundo ejercicio forma parte de un clásico juego de mesas. Consiste en armar palabras por sílabas y después intentar armar otras variantes usando las sílabas disponibles. Esta actividad favorece la memoria y la fluidez verbal, una capacidad que se pierde a medida que el Alzheimer avanza.
"Ejercitar la fluidez verbal, la lectura y el vocabulario impacta en la capacidad cognitiva. De hecho, una de las pruebas más utilizadas para medir inteligencia consiste en definir palabras de dificultad creciente, desde términos simples como 'cama' o 'peine' hasta conceptos más complejos como 'ominoso' o 'panegírico'", señaló
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