Las personas experimentaron con sustancias a lo largo de la civilizacion, e incluso previamente. Durante la Segunda Guerra Mundial esto también sucedió, con una sustancia en particular que revolucionó y marco el curso de la historia.
En la Alemania nazi, los soldados, en especial los hombres jóvenes reclutados, recurrieron al uso de sustancias sintéticas para aplacar los efectos mentales de las atrocidades que vivían todos los días. Sumado a esto, también eran suministrados con drogas desde los mandos del ejercito.
¿Cuál era la droga que usaban Hitler y los soldados nazis?
Bajo el nombre comercial de Pervitin, esta sustancia fue distribuida entre los soldados alemanes para potenciar su resistencia, reducir la fatiga y eliminar el miedo en combate. Sin embargo, sus consecuencias fueron devastadoras, muchos soldados desarrollaron una fuerte adicción. Cuando no podían acceder a la droga, experimentaban síntomas de abstinencia severos, como depresión, temblores y pensamientos suicidas.
Tanto los soldados, como Adolf Hitler y su círculo cercano consumen esta droga que alteró el rumbo de la Segunda Guerra Mundial y dejó una huella imborrable en la historia militar. El Pervitin permitió, quizás, que millones de soldados nazis fueran a una muerte segura en la helada estepa rusa durante el sitio de Stalingrado, la derrota que cambió para siempre el curso del conflicto. El inicio del fin del dictador nazi y el inicio de la marcha del Ejército Rojo hasta Berlín.
Cómo nace el Pervitin, la droga que usaba el ejercito nazi
En 1938, la empresa farmacéutica Temmler Werke, de Berlín, desarrolló y comercializó el Pervitin, una versión de metanfetamina en forma de píldoras. El producto se popularizó, se vendía sin receta y era publicitado como un estimulante ideal para mejorar la concentración y la energía. Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, los jóvenes alemanes lo consumían para bancar toda una noche de estudio o para salir los fines de semana.
En 1939, el doctor Otto Ranke, director del Instituto de Fisiología del Ejército Alemán, realizó pruebas con Pervitin en estudiantes universitarios y soldados. En los estudios, el médico descubrió que podían permanecer despiertos y activos durante largos periodos sin mostrar signos de agotamiento. Ranke recomendó la distribución masiva del fármaco a las tropas. A cada nazi le llegaba su casco, mochila con latas de comida y las “rueditas mágicas” que los mantenían despiertos y alertas a los ataques.






















