¿Tu rostro, su negocio? La opacidad de OpenAI y el futuro de nuestra identidad digital

3 12
¿Tu rostro, su negocio? La opacidad de OpenAI y el futuro de nuestra identidad digital

Cada vez que cargas una imagen en plataformas como ChatGPT o DALL·E de OpenAI, firmas un acuerdo implícito que podría transformar tu rostro en un recurso perpetuo para la compañía. La moda creciente de crear imágenes estilo Ghibli  ha cautivado a muchos en redes. Pero esta tendencia plantea dudas sobre la privacidad de los datos compartidos. Los términos y condiciones, vigentes con su última actualización 11 de Diciembre de 2024, establecen en su sección “Your Content” (Tu contenido): “You may provide input to the Services (‘Input’), and receive output from the Services based on the Input (‘Output’). Input and Output are collectively ‘Content’. You are responsible for Content, including ensuring that it does not violate any applicable law or these Terms. […] We may use Content to provide and maintain the Services, comply with applicable law, and enforce our policies.” Traducido: “Puedes proporcionar información a los Servicios (‘Entrada’) y recibir resultados basados en ella (‘Salida’). Entrada y Salida son ‘Contenido’. Eres responsable del Contenido, incluyendo su cumplimiento con la ley y estos Términos. […] Podemos usar el Contenido para proveer y mantener los Servicios, cumplir con la legislación y aplicar nuestras políticas.”

Esta redacción no es casual. La expresión “proveer y mantener los Servicios” constituye una autorización amplia y ambigua que trasciende la mera generación de una respuesta inmediata. Permite a OpenAI emplear tu contenido —incluidas imágenes personales— para entrenar futuros modelos de inteligencia artificial, sin delimitar plazos, finalidades específicas ni condiciones de almacenamiento. Los términos omiten precisiones cruciales: ¿durante cuánto tiempo se retiene tu imagen? ¿Cómo se procesa a largo plazo? Al cargar una fotografía, podrías estar entregando tu identidad digital a un sistema opaco, sin garantía de control sobre su destino.

El consentimiento informado: una exigencia incumplida

OpenAI asegura: “as between the parties and to the extent permitted by applicable law, you own all Input” (“entre las partes y en la medida permitida por la ley, tú posees toda la Entrada”), y asigna al usuario “all its right, title and interest in and to Output” (“todos sus derechos sobre la Salida”). Sin embargo, esta aparente cesión de derechos resulta ilusoria si el usuario ignora el alcance real del uso de su contenido. En Argentina, la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales  exige un consentimiento expreso, informado y específico para cada finalidad del tratamiento de datos. Los términos de OpenAI, con su vaguedad escondida, no satisfacen este requisito: carecen de claridad sobre las aplicaciones concretas y la duración del almacenamiento, lo que podría contravenir la normativa local.

En la Unión Europea, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) https://gdpr.eu/ impone estándares aún más estrictos, demandando transparencia absoluta y el derecho explícito a la supresión de datos. La falta de detalle en los términos de OpenAI plantea serias dudas sobre su compatibilidad con este marco. Aunque algunos argumenten que subir una imagen implica un consentimiento tácito, esta interpretación es insostenible frente a legislaciones que priorizan la protección del usuario. En Argentina, donde la Ley 25.326 lleva más de dos décadas vigente y proyectos legislativos buscan fortalecerla —aún sin cristalizar—, la ambigüedad de OpenAI no resiste un escrutinio jurídico riguroso.

El mecanismo detrás de la cortina

Las tecnologías generativas de OpenAI operan como sistemas de Machine learning y/o aprendizaje profundo que procesan millones de imágenes y textos previos para identificar patrones y relaciones. Cuando subes una fotografía, esta se integra segun el modelo algoritmico como un insumo adicional en su base de datos, refinando su capacidad para generar contenido. El resultado —una imagen “única”— no es más que una síntesis derivada de esos patrones “preexistentes”. Tu aporte no solo optimiza el servicio inmediato, sino que fortalece un ecosistema algorítmico cuyo alcance trasciende tu interacción original, sin que recibas información sobre su uso ulterior.

Implicancias éticas y legales ineludibles

Consideremos un escenario plausible: subes una fotografía personal y, tiempo después, un modelo de IA produce contenido comercial con rasgos distintivos de tu imagen, sin tu autorización explícita. Los términos de OpenAI ya lo permiten, pero ¿es esto un avance científico o una explotación encubierta? La falta de transparencia no solo plantea un dilema ético, sino que abre la puerta a controversias legales significativas. En un mundo donde la privacidad digital es un derecho fundamental, ceder datos personales a términos tan imprecisos equivale a alimentar una maquinaria tecnológica cuyos beneficios recaen desproporcionadamente en corporaciones multimillonarias.

Al aceptar estos términos, el usuario no solo contribuye al desarrollo de la inteligencia artificial, sino que potencialmente enriquece un imperio económico sin contrapartidas claras. Antes de pulsar “aceptar”, reflexione: ¿está donando su identidad a la ciencia o entregándola al lucro irrestricto de OpenAI? La respuesta reside en la letra pequeña que pocos leen y en la confianza ciega depositada en un simple clic.

Recomendaciones para los usuarios:

-Leer detenidamente los términos y condiciones antes de aceptar: No te dejes llevar por la comodidad. Dedica tiempo a comprender las implicaciones de compartir tus datos.

Buscar alternativas que respeten la privacidad: Existen plataformas y herramientas de IA que priorizan la protección de datos. Investiga y elige opciones que se alineen con tus valores.

-Exigir mayor transparencia a las empresas de IA: Haz oír tu voz. Exige a las empresas que sean transparentes sobre cómo utilizan tus datos y que te den el control sobre tu información.

-Resulta propicio discutir una perspectiva renovada y sólida para la tutela de la información personal, que incorpora instrumentos normativos y tecnológicos enfocados en la intimidad, la protección y la libertad de decisión sobre los propios datos. La nueva definición de lo que constituye un “dato sensible”, junto con un tratamiento jurídico frente a la filtración de información, permite construir una estructura comprehensiva que responda a los retos actuales y que pueda ser integrada plenamente en el sistema legal vigente.

Tamaño texto
Comentarios 12
Informate de verdad Aprovechá esta oferta especial
$11,990 $999/mes
Suscribite ahoraPodés cancelar cuando quieras
Comentarios
Cargando...