
FRANJA DE GAZA, Territorios Palestinos.- El ministro de Defensa del Estado de mayoría judía, Israel Katz, anunció que su Ejército de su país tomará posesión de extensas áreas de Gaza, las cuales se añadirán a las llamadas “zonas de seguridad” para expulsar a combatientes de Hamas, el grupo que gobierna la Franja y a la que el gobierno de Benjamín Netanyahu considera “terroristas”.
El anuncio sigue a la advertencia que hizo Israel durante las últimas semanas. El plan de despliegue de tropas busca apoderarse de “amplias zonas” de la Franja de Gaza.
El objetivo es despejar esas áreas de “terroristas e infraestructura, y capturar un extenso territorio que se añadirá a las zonas de seguridad del Estado de Israel”, declaró Katz.
El plan va acompañado de un aumento de las órdenes de evacuaciones masivas, reiteradamente descritas por la ONU como desplazamientos forzados.
A caballo del anuncio, el Ejército israelí desplegó otra división en el sur de la Franja de Gaza a primera hora de ayer, como parte de la expansión de la ofensiva que asegura está dirigida contra Hamas.
La institución castrense ya había emitido advertencias de evacuación a los gazatíes que vivían en los alrededores de la ciudad de Rafah y en dirección a la ciudad de Yan Younis, en el sur de ese territorio palestino, al indicarles que se trasladaran a la zona costera de Al-Mawasi, localidad de la gobernación de Rafah, previamente designada como “zona humanitaria”.
Según el grupo israelí de derechos humanos Gisha, citado por la agencia France 24, Israel ya ha tomado el control de unos 62 kilómetros cuadrados (alrededor del 17% de la superficie total de Gaza), como parte de la llamada “zona de amortiguación” en los límites del enclave.
La toma de esa zona- que contiene infraestructura como pozos, estaciones de bombeo de aguas residuales e instalaciones de tratamiento de aguas residuales, así como una parte significativa de las tierras agrícolas de Gaza- también aumentaría la presión sobre la capacidad del enclave para autoabastecerse.
Los líderes israelíes han declarado que planean facilitar la salida “voluntaria” de los palestinos del enclave, después de que su gran aliado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exigiera su evacuación permanente para construir allí lo que describió como “la Riviera de Medio Oriente”, bajo control estadounidense.
“Prioridades”
La medida fue rechazada por el Foro de Familias de Rehenes, que asegura que Israel “sacrifica a los rehenes” en aras de “ganancias territoriales”. La organización dijo que el gobierno de Netanyahu está convirtiendo el regreso de los 59 secuestrados que Hamas aún retiene en Gaza en una “tarea secundaria” que ha sido “relegada al final de la lista de prioridades”.
El anuncio llegó tras los intensos ataques nocturnos israelíes en la zona sur del enclave. Hamas ha advertido que la intensificación de las embestidas no solo mata a palestinos, sino que también pone en mayor riesgo la vida de los rehenes.
La ampliación de la ofensiva y los ataques indiscriminados causaron “conmoción” en la ONU, según el secretario general, Antonio Guterres. A ello se sumó que el hallazgo de una fosa común en Rafah, en la que fueron encontrados los cadáveres de 15 socorristas, tras un ataque israelí contra un convoy de emergencia deja en evidencia la “guerra sin límites” de Israel en Gaza, dijo Guterres.
Su portavoz, Stéphane Dujarric, pidió “una investigación completa, exhaustiva e independiente” de todos los ataques contra trabajadores humanitarios.
Guterres se mostró “profundamente alarmado” por el nuevo balance de más de 1.000 personas muertas desde la reanudación de las operaciones militares israelíes.
Con el hallazgo de estos 15 nuevos muertos en Rafah, el número de trabajadores humanitarios muertos en territorio palestino desde el 7 de octubre de 2023 se eleva “al menos a 408”, añadió.
Durante una conferencia de prensa desde Gaza, el jefe de la Oficina de la ONU para Operaciones Humanitarias (OCHA), Jonathan Whittall, dijo que participar en la misión que condujo al descubrimiento de los cadáveres de 15 trabajadores humanitarios en lo que describió como una fosa común fue “una experiencia impactante”.
Los 15 socorristas y trabajadores humanitarios, entre ellos ocho de la Media Luna Roja palestina y uno de la ONU, “aún vestían sus uniformes, llevaban los guantes puestos y murieron mientras intentaban salvar vidas”, afirmó. “Las ambulancias fueron alcanzadas una a una”, detalló, describiendo los vehículos destruidos junto a esta fosa común. “Cuando se mantuvo el alto el fuego, pudimos entregar ayuda (...) -dijo-. Ahora estamos recogiendo los cadáveres de los socorristas”.