Luis Felipe Noé, el artista del caos lúcido, recordado a través de su palabra en LA GACETA

El pintor que transformó la manera de mirar el mundo murió a los 91 años. En una entrevista publicada por LA GACETA Literaria en 2023, abrió su alma y dejó una lección de vida y arte.

 Luis Felipe Noé. Luis Felipe Noé.
10 Abril 2025

Luis Felipe “Yuyo” Noé murió el miércoles a los 91 años. Se fue en paz, acompañado por su familia, dejando tras de sí una estela de colores que no se apagan, una obra inquietante y lúcida que desafía todavía hoy a quienes se atreven a mirar más allá del orden impuesto. Pintor, pensador, escritor, docente. Artista total.

Pero Noé fue más que eso. Fue el artista del caos, no como desorden sino como verdad profunda. Supo que el mundo no era una línea recta ni una imagen cerrada, sino una pregunta abierta, y desde ahí pintó, escribió, enseñó.

En junio de 2023, LA GACETA Literaria tuvo el privilegio de publicar una hermosa crónica. Esa entrevista es, hoy más que nunca, un retrato íntimo y vital del hombre que cambió el arte argentino para siempre.

“No soy vendedor. Soy pintor”, dijo entonces. Y en esa frase sencilla, honesta, resumió décadas de coherencia estética y ética. Su historia con el arte comenzó de niño, viendo formas en las vetas del mármol y espejos enfrentados que le devolvían infinitas versiones de sí mismo. De ese asombro primigenio emergió su sensibilidad, tan marcada por la imagen como por la duda: ¿quién es el primer chico?, se preguntaba ante una ilustración que se replicaba hasta el infinito.

Noé fue parte del grupo Nueva Figuración, junto a Deira, Macció y De la Vega, y desde allí propuso otro modo de mirar la figura humana: sin estereotipos, con la tensión del presente. Pero su búsqueda no terminó ahí. Se permitió dejar de pintar, experimentar con instalaciones, abrir un bar, enseñar. Vivió múltiples vidas, todas atravesadas por una misma fidelidad: la de no traicionarse.

“El mundo es figurativo, pero la pintura como lenguaje es abstracta”, dijo en esa entrevista, y fue como si revelara el secreto que lo impulsó durante décadas: pintar el tejido del mundo, zurcir el caos con color y pensamiento.

Esa entrevista, que se pudo leer en La Gaceta Literaria, lo mostró en su versión más sincera: un hombre que no negocia su arte, que regatea con la existencia pero no con la belleza, que prefiere perder una venta antes que perder su ética. Un romántico del siglo XXI que creía que toda pregunta trae una angustia, y que toda angustia —bien vivida— puede ser una forma de inteligencia.

Hoy, Noé ya no está. Pero su obra, sus palabras, su caos amoroso, siguen latiendo. En cada trazo, en cada reflexión, en cada espejo donde aún nos preguntamos si el primer chico es el de la tapa… o nosotros.

Temas Vega
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