Así fue el homenaje a Diego Maradona en la cancha de Gimnasia.
El 30 de octubre de 2020 fue el último cumpleaños que Diego Armando Maradona festejó. En aquella oportunidad visitó, en plena pandemia de Covid-19, el estadio de Gimnasia y Esgrima de La Plata para un homenaje que expuso su deteriorado estado de salud.
Ese día, Diego apareció en público, aunque visiblemente cansado y demacrado, y fue recibido por el cariño de los fanáticos y autoridades como Marcelo Tinelli y Claudio Tapia, quienes le entregaron placas conmemorativas. Tras un breve tiempo en el estadio, regresó a su hogar, donde, en los días posteriores, su salud continuó deteriorándose, culminando con su fallecimiento el 25 de noviembre.
“Me voy, no estoy bien”
Aquel cumpleaños dejó también una frase inquietante, revelada este jueves por el médico, Flavio Tunessi, en el juicio por la muerte del "Diez": “Me voy, no estoy bien”, le dijo Maradona antes de retirarse del homenaje, cuando se dirigía por sus propios medios hacia una ambulancia. Tunessi, que declaró como testigo, aseguró que Diego se mostraba “adelgazado y caído”, y que al intentar asistirlo, el propio Maradona rechazó la ayuda con esas palabras. La preocupación era compartida: el presidente de la AFA, Claudio Tapia, también lo notó mal.
Al día siguiente del homenaje, el médico personal de Maradona, Leopoldo Luque —uno de los imputados—, le pidió a Tunessi que lo trasladara a la Clínica Ipensa, donde se detectó un hematoma subdural. Sin embargo, según relató el jefe de neurología del centro, Guillermo Burry, la cirugía no era urgente y no era el momento indicado para operar, debido a las múltiples comorbilidades que presentaba. Pese a ese criterio, Luque lo trasladó a la Clínica Olivos y lo operó el 3 de noviembre.
¿Cómo fue el último cumpleaños de Diego Maradona?
La noche del 29, en la antesala de su cumpleaños número 60, Maradona la pasó con una de sus hijas, Jana, que luego de un par de copas compartidas con su papá se quedó a dormir en la casa del country Campos de Roca, en Brandsen. Jana fue la única de su familia que comenzó con Diego el último de sus cumpleaños.
El entorno de Maradona siempre aseguró que esa fue la última vez que tomó alcohol, ya que pronto comenzaría una recaída en la que todo se dificultaría. “Esa fue la última noche que tomó alcohol. Porque el 30, en el cumpleaños, no tomó nada de nada. Y ya después empezó la recaída, ni siquiera comía. Llegó la internación en La Plata, la operación en Olivos y la mudanza a Tigre”.
La mañana del 30 no fue feliz para el "Diez", que se despertó cansado, malhumorado y sin ganas de visitas. Pasaron por su casa, primero, Matías Morla y Víctor Stinfale, y le regalaron unos habanos cubanos importados, además de unas latas de Speed (Stinfale es CEO de la marca). También lo vistió un exnovio de su hija Gianinna, Luciano Strassera, con quien Diego tenía muy buena relación y quien se había comprometido a “entrenar” al "Diez", pero él los recibió a todos desde su cama. “El plan original era entrenar juntos, pero él no estaba bien físicamente y entonces solo tratamos que volviera a caminar”, confesaría Strassera.
“Fue espantoso”, diría después Gianinna Maradona
Luego llegó Gianinna, su segunda hija, pero Maradona aún no salía de su cama. Años más tarde, Gianinna confesaría, conmovida, el estado en el que lo encontró aquella vez. “Fuimos a visitarlo y nos encontramos con un panorama no muy lindo. Cuando llegué vi a mi papá rodeado de gente y él dormido en su cumpleaños. Yo lo tengo grabado y tengo fotos. Fue espantoso (...) Había gente que me agarró de los brazos, que me quiso pegar. Yo me lo llevé a mi papá igual a la habitación y afuera siguieron de fiesta. Sucedieron un par de cosas espantosas y yo pedí ayuda. Vinieron unos amigos porque yo me lo quería llevar a mi papá, que estaba descompuesto. Pasaron un montón de cosas. Yo no lo voy a exponer a mi papá, pero la pasé muy mal”.
Fue Dieguito Fernando, el hijo que tuvo junto a Verónica Ojeda, el que logró finalmente levantarlo de la cama. Cuando el menor llegó a la casa, Maradona se sentó en el comedor, puso a su hijo sobre su falda y sopló las velitas de una torta con forma de Copa del Mundo en una mesa en la que había un café, algunas facturas y una gorra de YPF, su sponsor.
El homenaje en la cancha
Al rato llegó a visitarlo Jorge “Fatura” Brown, referente de aquel Gimnasia de La Plata, que insistió con lo que ya le había propuesto el "Gallego" Méndez: que fuera al "Bosque" para el homenaje. Pero Diego no quería saber nada. Llegó a la puerta del country la barra del "Lobo" con banderas, bengalas, bombos y canciones, y Maradona empezó a considerarlo hasta que finalmente accedió.
El contexto de pandemia hacía que en la cancha de Gimnasia no lo recibieran hinchas, solo el presidente del club, Gabriel Pellegrino, Marcelo Tinelli, que le entregaría una placa, el "Chiqui" Tapia y algunos otros dirigentes. Diego entró a la cancha con el rostro cubierto por un barbijo y caminando con dificultad.
Los hinchas del "Lobo" lo homenajearon con pirotecnia desde fuera del estadio y los de otros clubes lo saludaron desde el sillón de su casa. Maradona se fue a los 18 minutos del partido que Gimnasia le ganaría 3-0 a Patronato y terminó su cumpleaños en su casa.
Había intentado reunir a todos sus hijos, pero no lo logró. Dalma no fue. Esa fue su última aparición pública y no fue buena. Tanto así, que solo pasaron 25 días hasta su fallecimiento, el 25 de noviembre de 2020.























