La reforma electoral: entre los 400 días de resistencia y el "traje a medida"

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La reforma electoral: entre los 400 días de resistencia y el traje a medida

Hace 400 días y una semana Osvaldo Jaldo anunció que propiciaría el debate sobre el sistema electoral de la provincia. Ese primer día de marzo, frente a los legisladores del oficialismo que habían trabajado para que fuese gobernador, instó a todos a encontrar una solución para que las elecciones “reflejen y garanticen las preferencias del electorado”. A la dirigencia afín se le cayó la mandíbula. Por lo bajo, todos renegaron y hasta dudaron de que Jaldo estuviese poseído o quizás, delirando. La oposición quedó atónita porque estaba escuchando lo que siempre había reclamado.

Y había más. Cuando en julio se confirmó en esta columna que el mandatario tenía un plan para una reforma Constitucional que incluía la eliminación de los acoples, los justicialistas entraron en crisis y quedaron al borde del desmayo. Muchos le creyeron, otros no. No entendieron el porqué del anuncio del conductor del espacio. Por qué querría un gobernador peronista cambiar las reglas de juego que el justicialismo maneja al dedillo, que le son beneficiosos y que les han permitido no sólo construir el poder sino, fundamentalmente, mantenerlo.

Jaldo había visto algo que el resto no, repiten en su entorno ahora. El mandatario venía revisando encuestas y estaba “leyendo” al electorado, que se manifestó harto de los mismos de siempre, de las mañas, de los privilegios y de la corrupción. Gran parte de la ciudadanía que lo había votado para el puesto en las provinciales había elegido después a un hombre totalmente antagónico para la Presidencia. No es un dato menor.

El tranqueño terminó tomando medidas de ajuste antes que el propio libertario y, con posterioridad, le cuadraron varias ideas de la Nación. Las circunstancias derivaron en que se alineara institucionalmente durante los primeros años de mandato. En ese contexto, impulsar la reforma política electoral tiene sentido. Porque se suma también la presión nacional, directa e indirecta. El posible candidato de la Libertad Avanza (LLA) en Tucumán, Lisandro Catalán, propició en el plano nacional una serie de modificaciones, como la boleta única de papel, que fue bien recibida por la gente.

Los meses pasaron y también se modificaron los climas políticos. La posibilidad de la reforma de la Carta Magna (2006) quedó en el freezer, pero sí avanzan posibles cambios en el sistema político.

Según se publicó en las páginas de este diario, los legisladores trabajarán durante estos meses en cinco ejes: la reducción de los acoples, la boleta única electrónica, la paridad de género, la reforma de la ley de partidos políticos y la creación de un fuero electoral. La gran incógnita para propios y ajenos es hasta dónde entrará el bisturí.

El modelo Salta

Desde que Jaldo habló de reforma, las defensas del peronismo se levantaron. La resistencia fue muy alta inicialmente y perdura en algunos sectores,sobre todo en lo relativo a las colectoras y la boleta electrónica. El sistema se ha desvirtuado de manera tal que la cantidad de candidatos y de papeletas es noticia cada vez que los tucumanos votan para elegir autoridades locales.

Acoples y acoplados de la Capital y del interior manifestaron sus dudas y sus quejas. Inclusive, hubo quienes hicieron rabietas y otros, que afirmaron que de ninguna manera acompañarán iniciativas que involucren la posibilidad de salir perjudicados. Y peor aún: que se termine aprobando alguna alternativa que tienda a emparejar las posibilidades de la oposición y del oficialismo.

Es probable que el gobernador haya previsto esta reacción y por ello haya mencionado un abanico de opciones de reformas más exageradas que las realmente preveía poder llegar a concretar. El abecé de una negociación: pedir mucho para negociar un punto medio. Hay legisladores que creen que afirmó que apoyaría cambios muy profundos para que la Legislatura fuera la responsable final ante los ojos del pueblo de no avanzar tanto.

También es cierto que, en la misma línea que el gobernador y el vice, hay dirigentes del propio peronismo que creen que las condiciones tienen que cambiar, porque hasta ellos están cansados de los cuestionamientos.

Sobre los puntos más taquilleros se han lanzado distintas versiones. La boleta partidaria en formato papel tradicional sería reemplazada por la única electrónica. Cuentan en los pasillos del poder que tanto el gobernador como el vice Miguel Acevedo repiten los detalles y beneficios del nuevo formato ante los distintos dirigentes que desfilan por sus despachos.

El modelo Salta sería replicado y por ello se espera que dentro de un mes comitivas locales viajen para interiorizarse respecto de qué va la cosa. Sucede que el 11 de mayo los salteños elegirán con esta modalidad autoridades provinciales y municipales.

Salta fue la primera provincia en emplear el voto electrónico para todo el padrón provincial. El proceso fue gradual: las primeras pruebas fueron en el 2009 y a partir de 2015 se vota mediante esa modalidad.En 2023, el resultado del 90% de las mesas se conoció en 90 minutos. De acuerdo con los medios locales, se procesaron más de 750.000 votos (la participación fue de casi el 70% del padrón).

El nuevo método implicaría que en el cuarto oscuro sólo estaría la máquina con una pantalla. Los electores podrán componer su voto, eligiendo candidatos por categoría o votando a todos los miembros de una misma fuerza política. Una vez que queda armada, se imprime y se mete en la urna.

En el caso de los acoples, la idea que podría avanzar sería la de limitarlos. Si bien se habla de entre dos y cinco listas, el número fino no ha sido aún acordado. Algunos legisladores propusieron que se habilitara tantos acoples como puestos deban cubrirse. Esto significaría que, por ejemplo, para el Concejo Deliberante capitalino podrían participar hasta 18 acoples. Terminaría siento en blef en varios lugares porque implicaría más listas que las que participaron en los últimos comicios.

Qué esperar

Entre las bancas del oficialismo la inquietud se ha morigerado en estas semanas y ya se habla de una semi reforma. El mensaje que bajó desde la cúpula del poder es que nada se modificará tan sustancialmente como creían inicialmente. Distintos parlamentarios admitieron que les comunicaron informalmente que los cambios serán intermedios: ni tan insignificantes como les hubiese gustado ni tan extremos como temían.

Dan por hecho que los acoples no desaparecerán pronto (hay que reformar la Constitución para eliminarlos). “Es la única herramienta que tenemos para hacer trabajar a todo el mundo en las elecciones”, explicó un dirigente del PJ de trayectoria. “Cambiar todo o dejar un cople sería un tiro en el pie”, graficó un parlamentario más nuevo.

La aplicación del voto electrónico -que duerme en la Carta Magna desde 2006- tampoco les desvela tanto porque dan por descontado que primero se podrían hacer pruebas piloto en algunos municipios. Consideran que para cuando se concrete la aplicación total, ya conocerán bien los detalles de la nueva manera de votar.

La oposición ya huele que la generosidad es demasiada y desconfía de que le den la participación esperada. El grueso de las iniciativas que están pendientes provienen de bancas disidentes. Advierten que podrían asistir nuevamente a la confección de un “traje a medida”. Sí reconocen en Acevedo un presidente de la Cámara que está abierto al diálogo, que los involucra y que los respeta.

Hay otro punto gris: en las bancas del oficialismo dicen que la Casa de Gobierno tiene muchas dudas de que avancen algunas normas complementarias como la Ley de Acceso a la Información ¿Los motivos? Uno de ellos son los números de la propia Cámara ¿Están dispuestos los parlamentarios, funcionarios y ex funcionarios a blanquear cuántos y quiénes están nombrados en el Poder Legislativo?

¿Por qué tomó fuerza la reforma ahora? El oficialismo sabe que una renovación será bien vista, por más que no tenga demasiada profundidad, y este es un año electoral. Un año bisagra hacia 2027. Probablemente el gobernador la reimpulse porque esta coyuntura es una oportunidad. Jaldo puede demostrar que puede hacer lo que su antecesor no (todos recuerdan el “Tucumán Dialoga”) y, a la vez, quitarle una bandera a la oposición.

Además, él ha demostrado que puede correr los límites que el propio peronismo tiene. Es el mismo mandatario que no tuvo reparos en acercarse al mileísmo, en romper el bloque en Diputados para llevar adelante sus cometidos o en achicar los nombramientos políticos. Además, es uno de sus asuntos pendientes después de 400 días y una semana.

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