
“Prefiero crecer firme que rápido”, dice Augusto Bercovich Sbdar, dueño de un local que fundó hace apenas medio año en pleno centro tucumano. Tiene 29 años, es abogado, empresario y, desde hace seis meses, creador de Pancho 18, una marca de comida rápida que busca transformar un clásico argentino como el pancho en una experiencia innovadora, con identidad propia y proyección.
¿Quién es Augusto? Es un joven tucumano, socio y miembro del directorio de la empresa Uniber, líder de materiales para la construcción y electricidad en el Noroeste del país que, luego de recibirse en Derecho en 2019, se instaló en Buenos Aires para cursar una maestría en Administración de Empresas. Allí, entre aulas y oficinas, conoció el mundo emprendedor de cerca. “Aprendí mucho al estar rodeado de emprendedores y empresarios. Volví a Tucumán con la idea de crear algo desde cero”, cuenta.
En su retorno creo una panchería moderna con una propuesta estética, conceptual y gastronómica diferente en 25 de Mayo 135. “Quería transformar un clásico en algo nuevo. Hacer algo propio, con identidad”, explica.
Su formación en Derecho le dio herramientas técnicas, pero su vocación emprendedora viene de cuna. “Me crié en una familia que viene del mundo empresarial. Respiré toda mi vida ese aire. Siempre tuve la duda y las ganas de salir de lo clásico”, dice.
“Tirarse a la pileta”
A su experiencia de vida se sumó la influencia de un compañero de maestría vinculado al rubro gastronómico. “Cuando comentaba que pensaba emprender en gastronomía, me decían: ‘¡estás loco!’. Hay una creencia de que es un rubro difícil, con muchos procesos. Es arriesgado, pero hay que tirarse a la pileta y que pase lo que tenga que pasar”, cuenta.
Así se lanzó. Lo hizo con método, imaginación y con una idea clara sobre el valor del trabajo en equipo. “Podemos tener las mejores ideas, pero si no tenemos un buen equipo de trabajo, no funciona”, asegura.
Hoy comparte el día a día con un exgerente de una de las cadenas de hamburguesas más importantes del país. “Eso me permite enfocarme en el crecimiento de la marca”, dice.

El número
El nombre de la marca no es casual. Tiene múltiples significados que se cruzan. “En Estados Unidos y en el mundo hay pancherías que incluyen un número. En Argentina no existía eso. El número 18 significa ‘vida’ en hebreo, es el día de mi cumpleaños y, además, jugamos con la idea de los 18 centímetros del pancho. Los 18 de cada mes hacemos actividades especiales. Es un juego interesante”, explica.
Para el joven, la identidad de la empresa se construye desde adentro hacia afuera. “Trabajamos con compromiso, pasión y entusiasmo. La honestidad y la integridad son innegociables. Y, sobre todo, buscamos conectar con el cliente. Pensamos como uno y nos sentimos como uno. Estoy convencido de que el equipo humano debe estar contento para transmitir eso hacia afuera”, detalla.
Una visión compartida
Su forma de liderar parte de una visión compartida. No solo con su equipo gastronómico, también con otro proyecto: es socio y director de Uniber, empresa de materiales para la construcción que atraviesa un proceso de expansión y profesionalización. Tradicional y con 68 años de historia en el rubro. “Es un mix interesante. Por un lado, parte de una empresa con mucha historia y por otro lado algo muy nuevo”.
En el medio, un contexto complejo. “Estamos atravesando un momento muy desafiante. Recibimos currículums todos los días en nuestro local. Pero mantenemos la esperanza de que la situación va a mejorar. Cuidamos a nuestra gente, que es el activo más importante que tenemos”, señala.
Esa mirada empática no se contradice con su espíritu competitivo. “Emprender es una escuela. Damos por sabidas un montón de cosas y después nos damos cuenta que no eran así. Al principio me afectaban mucho las cosas que pasaban. Hoy me divierto. Me acostumbré a que ocurran situaciones inesperadas”, explica sobre las problemáticas que le tocan atravesar y reflexiona: “La resiliencia permite avanzar, divertirse y pasarla bien. Si no disfrutás lo que hacés, no tiene sentido”.

Crecer firme y no rápido
La proyección de Pancho 18 se construye con paso firme. “Hoy tiene seis meses la sucursal de 25 de Mayo. Estamos por abrir otro local, que será Pancho 18 Express. Después viene un food truck para eventos masivos”, anticipa. ¿Y las franquicias? “Me gustaría que Pancho 18 se transforme en una franquicia, pero sin apurarnos. Prefiero crecer firme que rápido”, afirma.
Lo que más disfruta Augusto es crear con alegría. “Me gusta imaginarme cosas y hacerlas realidad, con todas las dificultades que eso implica. Me importa dejar una huella. Hacer algo un poco mejor y distinto”, dice. Asegura que uno de sus desafíos personales más grandes es aprender a calmar la ansiedad. “Estos procesos llevan tiempo. Requieren paciencia”, concluye.