
Pasan los años, pero el Titanic no pierde vigencia. A 113 años de su hundimiento en las gélidas aguas del Atlántico Norte, el transatlántico británico sigue generando fascinación, teorías y hallazgos que alimentan su leyenda. La tragedia ocurrida en la madrugada del 15 de abril de 1912 dejó 1.496 víctimas fatales de las 2.208 personas que viajaban a bordo.
Desde su partida en Southampton rumbo a Nueva York, el Titanic estaba destinado a marcar la historia. No solo por su imponente estructura —considerado el barco más grande y lujoso de su época— sino por el inesperado desenlace que lo convirtió en mito. La catástrofe inspiró libros, investigaciones, documentales y una de las películas más premiadas de la historia del cine.
Pero más allá del relato oficial, existen detalles menos conocidos que merecen ser contados. La novelista y estudiante de filología Gema Bonnín recopiló algunas de estas historias y curiosidades que rodean al Titanic y que, a más de un siglo, siguen sorprendiendo.

1. Un libro que predijo la tragedia
En 1898, el escritor Morgan Robertson publicó "Futility", una novela que describía el hundimiento de un enorme barco llamado Titan tras chocar con un iceberg. Las coincidencias con el Titanic real son tan asombrosas que muchos aún debaten si se trató de una simple casualidad o una visión anticipada.
2. Una construcción millonaria
Construir el Titanic costó unas 7,5 millones de libras de entonces, lo que hoy equivaldría a unos 170 millones de dólares. Fue una inversión descomunal para la época, pero representaba el orgullo de la ingeniería naval británica.
3. Sangre de drago en las bodegas
Entre su diversa carga, el Titanic transportaba 76 cajas de sangre de drago provenientes de las Islas Canarias. Esta resina, conocida desde la Antigüedad por sus propiedades medicinales y cosméticas, era altamente valorada por griegos y egipcios.
4. Los precios de los boletos
Viajar en el Titanic no era para cualquiera. Un boleto de primera clase costaba el equivalente actual a 10.500 euros, uno de segunda clase unos 1.500 euros, y uno de tercera clase alrededor de 850 euros. El lujo tenía precio.

5. Sin camarotes con el número 13
La superstición también navegaba a bordo: no había camarotes identificados con el número 13, una decisión que buscaba evitar la "mala suerte". Pese a los esfuerzos, el destino fue trágico.
6. Una estrella del cine mudo, a bordo
La actriz Dorothy Gibson, famosa por su participación en películas mudas, fue una de las sobrevivientes. Tras el naufragio protagonizó "Saved from the Titanic", una película sobre la tragedia. Usó el mismo vestido que llevaba aquella noche. Lamentablemente, la cinta se perdió en un incendio en 1914.
7. Dos señales de mal augurio
Antes de zarpar, el Titanic casi colisiona con el buque New York. Además, zarpó con un incendio activo en las calderas, que había comenzado días antes y que, según algunos expertos, debilitó el casco.

8. El misterio del Californian
El SS Californian, un buque cercano, estaba detenido por orden de su capitán. Al no contar con un sistema de radioactivo durante la noche, no respondió a los pedidos de auxilio del Titanic. Algunos de sus oficiales aseguraron haber visto ocho bengalas, pero nunca se acercaron a investigar.
9. El karma del dueño
Bruce Ismay, presidente de la compañía White Star Line, sobrevivió al naufragio, pero fue duramente criticado por abandonar el barco. Perdió su prestigio y, hasta su muerte, prohibió que se mencionara el Titanic en su presencia.
10. La bebé sobreviviente
Millvina Dean fue la pasajera más joven del Titanic, con apenas dos meses de vida. Sobrevivió junto a su madre y su hermano. Años después, enfrentó dificultades económicas, y recibió ayuda de James Cameron, Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Falleció en 2009, a los 97 años.
11. Fumar, solo para hombres
A principios del siglo XX, no se veía bien que las mujeres fumaran en público, y el Titanic no era la excepción. Las salas de fumadores eran espacios exclusivos para hombres, símbolo de la etiqueta y las costumbres de la época.

12. El amor hasta el final
La historia de Ida Straus conmueve por su lealtad. Rechazó subir a un bote salvavidas porque no quería separarse de su esposo, el empresario Isidor Straus. "Llevamos juntos toda la vida. Adonde tú vayas, iré yo", cuentan que dijo. Murieron abrazados.