
Siete años después de su estreno original, El descubrimiento de las brujas llegó finalmente a Netflix y se posicionó rápidamente entre lo más visto en Argentina. Esta serie británica, basada en la trilogía literaria All Souls de Deborah Harkness, se volvió un fenómeno tardío gracias a la plataforma de streaming, que suele revivir producciones con potencial oculto. La incorporación al catálogo provocó un renovado interés por esta historia de fantasía sobrenatural que combina romance, ciencia y magia.
La trama gira en torno a Diana Bishop, una académica y bruja renuente que, al descubrir un manuscrito mágico en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, despierta sus poderes latentes. Este hallazgo la introduce en un mundo oculto lleno de criaturas sobrenaturales —brujas, vampiros y demonios— que coexisten con los humanos. A su lado aparece Matthew Clairmont, un misterioso genetista que también resulta ser un vampiro con siglos de historia. Juntos se embarcan en una peligrosa búsqueda de verdades ancestrales mientras desarrollan un vínculo romántico prohibido.
La serie, dirigida por Juan Carlos Medina, Alice Troughton y Sarah Walker, cuenta con tres temporadas protagonizadas por Teresa Palmer y Matthew Goode. Fue muy bien recibida por los espectadores, quienes elogiaron la ambientación, la estética visual, la química entre los protagonistas y la fidelidad al material original. Aunque algunos personajes quedan poco desarrollados, la narrativa dinámica y los elementos mágicos atraparon a una audiencia que valora este tipo de historias fantásticas.
Para quienes disfrutaron de El descubrimiento de las brujas, Netflix también recomienda otras series del mismo estilo. Entre ellas se destacan The Witcher, que sigue las aventuras de un cazador de monstruos en un mundo oscuro; Castlevania, una animación basada en el videojuego homónimo sobre la lucha contra Drácula; y Shadowhunters, que mezcla acción, romance y criaturas sobrenaturales. Estas opciones amplían el universo fantástico para quienes quedaron encantados con la serie británica.