Por Gonzalo Cabrera Terrazas
16 Mayo 2025
PARTIDO ESPECIAL. Franco García se enfrentará a Racing de Córdoba, su ex equipo. Foto de Diego Aráoz/LA GACETA.
El invicto quedó atrás. El liderazgo, compartido. Y el margen de error, más chico. San Martín de Tucumán ya no mira el torneo desde la comodidad de la cima, sino con la presión de no ceder terreno. Por eso, en el partido de mañana contra Racing de Córdoba en La Ciudadela, el “Santo” tendrá su primera gran prueba emocional.
El equipo de Ariel Martos había esquivado las derrotas en sus 12 primeras presentaciones, incluso en partidos donde empezó abajo en el marcador -como contra Güemes de Santiago del Estero y All Boys-. En ambos casos, logró empatar. Pero en el último partido, ni siquiera el descuento de Martín Pino alcanzó para torcer el rumbo. La racha positiva se detuvo y con ella, la comodidad del liderazgo absoluto.
Ahora, el DT deberá tomar decisiones importantes para enfrentar a un Racing que se ubica sexto y está en zona de Reducido. Con ese panorama, en los pasillos de La Ciudadela saben que necesitan volver a sumar de a tres para que el tropiezo no se transforme en un retroceso.
De esta manera, en ofensiva, el DT apostaría por su fórmula efectiva para no perder terreno: un tridente que habla por sí solo. Cuando el físico los acompaña, Juan Cruz Esquivel y Franco García se adueñan de las bandas con desequilibrio y velocidad, mientras que Pino se encarga de fijar a los centrales y definir dentro del área. Entre los tres marcaron 10 de los 13 goles del equipo y repartieron cuatro asistencias. La sociedad viene rindiendo frente a rivales de todo calibre: Ferro, Los Andes, Gimnasia y Tiro, Deportivo Maipú, Alvarado, Arsenal, Colegiales y hasta Atlanta. Números que avalan una idea ofensiva que se sostiene en la confianza y el rodaje.
“Esto ya lo habíamos hablado antes: sabíamos que en algún momento nos iba a tocar perder. Se dio ahora, pero lo importante es que estamos bien de ánimo. Estábamos preparados para esto”, explicó Martos en conferencia de prensa. Claro; la calma del técnico es la misma que intenta transmitirle al grupo en cada práctica semanal, y sobre todo, en la última que se realizó en La Ciudadela.
Si bien el inicio de temporada fue prometedor, Martos no se deja llevar por los números. “Es un campeonato muy difícil, muy parejo. No hemos llegado ni a la mitad y hay muchos equipos que todavía no se despertaron, pero que seguramente se van a prender en la pelea. No tengo dudas de eso”, advirtió el DT, que también recordó que la definición suele llegar recién en las últimas fechas. “Lo del año pasado fue atípico. La otra zona se definió en la última fecha y en el último minuto. Este torneo será así de ajustado”, agregó.
Franco García, que vivirá un partido especial al enfrentarse por primera vez a su ex club desde que llegó a Tucumán, también analizó el presente del plantel.
“Después de la derrota, estábamos un poco angustiados, pero sabemos que esto es largo. Hay que dar vuelta la página y pensar en Racing, que va a ser un rival duro”, reconoció el extremo, que se convirtió en una pieza clave del ataque.
“Wachi” sabe que cada punto vale oro y que los partidos de local tienen un plus. Por eso buscará aportar de su desequilibrio y gambeta para marcar una diferencia ante los cordobeses.
“Tenemos que tener ese extra para seguir sumando en casa y mantener la punta. En la derrota siempre hay cosas positivas, aunque a veces no se ven. En los primeros minutos contra Atlanta hicimos un buen partido, pero nos golpearon en el momento justo”, se lamentó el extremo.
"Estamos todos tirando para el mismo lado", aseguró Franco García
El ex Cobresal de Chile también destacó el buen clima interno. “Hay un gran grupo, eso se nota. Estamos todos tirando para el mismo lado. Esto es parte del fútbol y de una categoría muy competitiva como la Primera Nacional. Hay que seguir con la misma humildad y sacrificio”, sentenció.
Mañana, entonces, será una jornada importante para saber si San Martín está listo para levantarse rápido. Porque en el fútbol, como en la vida, no se trata solo de ganar siempre. Se trata de cómo se reacciona cuando toca perder.
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