
Leandro Díaz
LA GACETA
Un tucumano formó parte del equipo detrás de una de las producciones más ambiciosas de la historia reciente de la televisión argentina. Emanuel Taboada, director de arte y egresado de la Escuela de Cine de Tucumán, participó en “El Eternauta”, la serie que reversiona el clásico de la historieta argentina y que fue vista en más de 87 países. Desde su lugar como ambientador de avanzada, compartió en una entrevista con La Gaceta Play cómo fue su experiencia en la producción de esta serie nacional que conquistó el mundo.
-¿Cúales fueron tus tareas como ambientador de avanzada?
- Mi laburo es dentro del equipo de arte. Son varios equipos los que forman una producción audiovisual: foto, montaje, sonido. En mi caso yo estaba a cargo de uno de los equipos de avanzada. Es más que nada preparar, armar y ambientar los sets antes de que se filmen.
-¿Qué tipo de escenarios te tocó hacer y cómo recrearon esa Buenos Aires distópica?
- El tema de la ciudad de Buenos Aires y de la provincia, es algo que en el cómic está muy presente. La casa de Juan Salvo, en el cómic, está en Vicente López. Acá, el primer gran cambio fue que la casa no es de Salvo, es de Favalli, pero también está ubicada en zona norte. Algo que marca mucho el guión es reconocer el recorrido del personaje: la salida de su casa, la avenida Maipú, la muralla en Puente Saavedra. Así que eso fue un gran laburo de coordinación. Por ejemplo, la muralla de Puente Saavedra se construyó en set: una muralla gigante de autos apilados, de 30 metros. Pero se termina completando con efectos visuales, VFX. Después del rodaje se le agregan varias capas: nieve en set, nieve digital, el clima, los cielos. Hasta que no se termina de juntar todo el rompecabezas, no se termina de dimensionar el laburo.

-¿Cuánto tiempo lleva armar un set así?
- Arrancamos filmando la casa de Favalli, que es todo el primer capítulo. La casa está dividida en tres partes: el sótano, la planta baja y la planta alta. Tanto el sótano como la planta alta fueron decorados que me tocó ambientar a mí y a nuestro equipo. La planta baja fue una construcción en decorado. El desafío fue empatar esos tres espacios y que se entienda como uno solo en la serie.
-¿Hubo algún pedido especial del director Bruno Stagnaro?
- Lo normal es que dirección haga pedidos de todo tipo. El pedido más concreto está en el guión: es nuestra biblia, nuestra guía. Pero también hay pedidos de otras áreas.

-¿Sentiste presión al adaptar una obra tan simbólica?
- Sí. Éramos conscientes de que estábamos haciendo algo grande, no solo por la magnitud de los sets, sino también porque nunca había trabajado en lugares de filmación tan enormes. Esta adaptación es bastante jugada, está llevada a la actualidad, los personajes tienen otra edad.
-¿Esperaban este impacto? Fue la serie más vista del mundo durante una semana
- Uno siempre espera que a los laburos les vaya bien. Y sobre todo este, que fue larguísimo: ocho meses de rodaje. La recepción fue maravillosa. Ojalá esto sirva para que se sigan desarrollando proyectos así en el país.
-¿Hubo algún momento que te haya quedado grabado detrás de cámara?
- Orgullo por todos lados. Fue algo que, por momentos, parecía inabarcable. Tenía muchas expectativas sobre cómo se iba a ver nuestro trabajo, y pocas veces me pasa esto: no solo no tengo ninguna crítica, sino que realmente superó mis expectativas. Con el agregado de los efectos especiales, terminó quedando una imagen maravillosa.

-Como tucumano y ex estudiante de la escuela de cine local, ¿cómo vivís esta experiencia?
- Me gustaría que se abrieran más las puertas a personas del interior. En mi caso, hace casi 15 años que vivo en Buenos Aires. Estudié cine en Tucumán, pero después vine a especializarme en dirección de arte en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc). Mi laburo siempre estuvo acá. Pero creo que en Tucumán hay muchísimo talento, muy buenos profesionales, muy buen cine y se lo conoce por películas maravillosas. Ojalá que la industria deje de ser tan centralizada y se avance en la federalización de la producción de contenidos.