El cierre de la fase de grupos de la Copa Libertadores 2025 terminó agitado en Brasil. San Pablo se impuso 2-1 sobre Talleres de Córdoba, pero el resultado quedó en segundo plano cuando Miguel Navarro, defensor "albiazul", reveló que fue víctima de un agravio xenófobo por parte del paraguayo Damián Bobadilla.
Según Navarro, el episodio ocurrió justo después del segundo gol paulista, marcado en el minuto 84. En plena reanudación, Bobadilla le habría dicho “venezolano muerto de hambre”, provocando el llanto inmediato del zaguero y un airado reclamo al árbitro chileno Piero Maza, quien no tomó medidas disciplinarias en ese momento.
Horas más tarde, el centrocampista de San Paulo utilizó sus redes sociales para ofrecer disculpas: "Fue un partido muy caliente. Primero fui ofendido y menospreciado; reaccioné mal. Pido perdón. Nunca quise discriminar a nadie".
El club paulista también publicó un comunicado oficial donde reafirma “los principios de respeto, igualdad e inclusión” que rigen su accionar deportivo. La institución informó que colabora activamente con las autoridades y advirtió que repudia toda forma de discriminación “racial, étnica, nacional o de cualquier naturaleza”. Además, subrayó que Bobadilla carece de antecedentes disciplinarios y recibirá orientación educativa desde el área de cumplimiento.
Por su parte, Navarro y la delegación de Talleres acudieron a la Policía brasileña para radicar una denuncia formal. Fuentes en Córdoba adelantaron que se dará seguimiento estricto al caso, sobre todo porque el club argentino ya afronta un expediente de CONMEBOL por un hecho de racismo protagonizado por hinchas meses atrás.
A la fecha, la confederación sudamericana aún no abrió sumario por lo sucedido, aunque se espera un pronunciamiento oficial una vez recepcionada la denuncia. El episodio añade tensión a una Libertadores que, más allá de lo futbolístico, vuelve a exponer la urgencia de erradicar la discriminación de las canchas sudamericanas.























