
La tragedia golpeó a la familia Jenkins-Ivey el pasado 27 de mayo, cuando Legend, un niño de 7 años, fue atropellado mortalmente mientras regresaba a casa desde una tienda cercana, acompañado únicamente por su hermano de 10 años. El trayecto era corto y, según informó el medio estadounidense NBC News, su padre los esperaba en la vivienda.
Dos días después del accidente, los padres del menor, Samuele Jenkins y Jessica Ivey, fueron arrestados y acusados de homicidio involuntario y varios cargos de abuso infantil. Las autoridades sostienen que permitir que los niños caminaran solos por una calle de tráfico intenso constituyó una grave negligencia con consecuencias fatales.
Desde la cárcel del condado de Gaston, Jenkins expresó el profundo dolor que atraviesa tras la muerte de su hijo:
"Estoy sufriendo mientras duermo, me despierto llorando. Han pasado semanas y aún no he podido llorar de verdad", confesó en declaraciones reproducidas por la prensa local.
Un cruce peligroso y una decisión trágica
El accidente ocurrió luego de que los hermanos pidieran permiso para regresar solos a casa, tras acompañar a su madre a una tienda del barrio. Para acortar camino, intentaron atravesar directamente West Hudson Boulevard, una avenida muy transitada, en lugar de caminar hasta el cruce peatonal ubicado a unos 100 metros.
En ese punto, fueron embestidos por un vehículo conducido por una mujer de 76 años, quien no fue imputada, ya que la investigación policial no halló evidencias de exceso de velocidad ni de conducta imprudente al volante.
Debate nacional sobre la autonomía infantil
El caso desató un intenso debate en redes sociales y medios estadounidenses, especialmente porque Carolina del Norte no cuenta con una ley que establezca la edad mínima para que un menor circule solo por la vía pública sin supervisión de un adulto.
Mientras algunos usuarios consideran que permitir un recorrido tan breve no debería constituir delito, otros apuntan a la peligrosidad del cruce para justificar la acción de la policía y la imputación de los padres.
Antecedentes que complican la causa
Jenkins tiene antecedentes penales previos, e Ivey una condena menor, factores que podrían influir en el desarrollo del proceso judicial. Su abogado calificó de “desproporcionada” la acusación de homicidio involuntario y anticipó que buscará negociar con la fiscalía, aunque admitió que la negociación será compleja.
Por el momento, la pareja permanece detenida a la espera de una audiencia de causa probable. La fianza inicial, de 1,5 millones de dólares, fue reducida a 150 mil gracias a la gestión de una concejal local, quien también facilitó que pudieran asistir escoltados al funeral de su hijo.
Una familia desmembrada y en crisis
Tras la detención de sus padres, los seis hijos de la pareja quedaron bajo custodia de familiares. Renea Jenkins, madre de Samuele y abuela de los menores, cuida actualmente a cinco de ellos, situación que la obligó a dejar sus empleos.
La familia enfrenta además dificultades económicas: la campaña de recaudación para financiar el funeral fue cancelada y los fondos aún no han sido entregados. "Fue un accidente horrible, eso es todo", dijo Renea Jenkins. "No entendemos por qué están en la cárcel. Solo queremos justicia y que puedan volver con sus hijos".