La porción que aumenta el riesgo de padecer diabetes.
Las papas fritas se encuentran entre las guarniciones más populares de cualquier restaurante, cadena de comida rápida o de una preparación casera. Sencillas de preparar y fáciles de comer, son el complemento ideal de cualquier plato. Pero la frecuencia con la que aparecen en nuestra dieta puede determinar nuestro riesgo de padecer diabetes.
La Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard lideró un estudio en el que definió que una determinada porción de papas fritas se asocia con un riesgo significativamente mayor de desarrollar diabetes tipo dos, enfermedad crónica que impide al cuerpo regular los niveles de azúcar en sangre. El número crítico para los estudiosos sería dos o tres raciones semanales.
¿Cómo se llevó a cabo el estudio?
La investigación publicada el pasado jueves en la revista médica The BMJ comprendió los datos recopilados de 205.000 personas durante más de tres décadas en estudios cohortes previos como "Nurses’ Health Study", "Nurses’ Health Study II" y "Health Professionals Follow-up Study".
Allí, los informes sobre los hábitos alimenticios y diagnósticos médicos brindaron conclusiones claras: consumir tres o más raciones semanales de papas fritas incrementaba en un 20% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, en comparación con quienes apenas las ingerían.
La importancia del método de cocción
Según los investigadores, este hallazgo resuelve una cuestión que había generado confusión en la literatura científica: hasta ahora se habían identificado posibles vínculos entre el consumo de tubérculos como las papas y la diabetes tipo 2, pero faltaban detalles sobre el método de cocinado y las posibles sustituciones alimentarias.
Los especialistas advierten que el método de cocción es el determinante en esta tendencia. Las papas cocidas, asadas o en puré no mostraron una asociación estadísticamente significativa con la enfermedad. “Estamos cambiando la conversación de ‘¿las papas son buenas o malas?’ a una pregunta más útil: ¿cómo se preparan y qué podríamos comer en su lugar?”, explicó Seyed Mohammad Mousavi, investigador principal del estudio.
Reemplazar con otros carbohidratos
El estudio también analizó el efecto de reemplazar las papas por otros alimentos ricos en carbohidratos, como los cereales integrales. Los resultados fueron claros: sustituir este tubérculo por cereales integrales (como pan integral o pasta integral) reduce el riesgo de diabetes tipo 2 en un 19%. Incluso reemplazar las papas cocidas, hervidas o en puré por estos cereales se asocia con una reducción del riesgo del 4%.
“El mensaje de salud pública es simple pero poderoso: pequeños cambios en la dieta diaria pueden tener un impacto importante en la prevención de la diabetes tipo 2”, subrayó el epidemiólogo y coautor del estudio Walter Willett.
Por último, los autores señalan que no todos los carbohidratos son iguales, y que las recomendaciones nutricionales deberían prestar más atención no solo al tipo de alimento, sino también a cómo se cocina y qué sustituye en la dieta habitual.























