Insuficiencia renal: una enfermedad silenciosa que se diagnostica fácil, pero la mayoría la detecta tarde

Diagnosticada a tiempo, se puede tratar. En estado avanzado, no tiene cura. La gran mayoría de los argentinos en lista de espera para trasplante necesitan un riñón. Hay que hacer un control anual.

Los riñones mantienen el equilibrio del sodio y el calcio en el organismo. Los riñones mantienen el equilibrio del sodio y el calcio en el organismo.
07 Septiembre 2025

La insuficiencia renal crónica es una patología silenciosa: cuando da señales, suele ser demasiado tarde. Detectada a tiempo, puede tratarse y retrasar su avance. Pero en estado avanzado no tiene cura y la única salida es la diálisis o el trasplante. En la Argentina, la gran mayoría de los pacientes en lista de espera por un órgano necesita un riñón.

Los riñones no solo filtran la sangre y eliminan toxinas: también regulan el equilibrio de agua y minerales en el organismo, intervienen en la producción de glóbulos rojos y en el metabolismo de huesos y vitaminas.

“El daño renal puede prevenirse y también se puede frenar su progresión con un diagnóstico temprano”, explica Juan Carlos Cabrera, médico nefrólogo y docente de la UNT. Sin embargo, la enfermedad avanza sin síntomas en sus primeras etapas. Cuando aparecen las señales como retención de líquidos, náuseas, vómitos, calambres, cansancio extremo, ya suele ser tarde.

Una enfermedad en aumento

Se estima que más de cinco millones de personas en el país padecen insuficiencia renal crónica, aunque solo uno de cada diez lo sabe. El dato más contundente es la lista de espera para trasplantes: de 7.340 pacientes registrados, 5.574 necesitan un riñón.

El aumento de la enfermedad está directamente ligado a patologías muy presentes en la población: hipertensión, diabetes y obesidad. También influyen la edad, el sedentarismo, el tabaquismo, los antecedentes familiares y las enfermedades cardiovasculares. “Dos de cada tres personas en diálisis son hipertensas o diabéticas”, señala Cabrera.

La importancia del control anual

El gran desafío es la detección precoz. “El problema es que la insuficiencia renal no duele. Muchas veces se la confunde con cálculos o malestares urinarios. Pero la verdad es que el riñón se va dañando en silencio. La única manera de saber cómo están es pedir un análisis de sangre y de orina una vez al año”, subraya el especialista.

La recomendación es clara: después de los 40 años, hacerse un chequeo anual. Con un simple estudio de creatinina en sangre y un examen de orina se puede identificar el daño renal en fases iniciales.

Prevenir antes que lamentar

Aunque no existe cura definitiva, si la insuficiencia renal se detecta a tiempo hay tratamientos con medicación y dieta que permiten retrasar el deterioro. Los especialistas insisten en las “reglas de oro” para cuidar los riñones:

-Mantener una vida activa y saludable.

-Beber suficiente agua.

-Evitar el exceso de sal.

-No fumar.

-Controlar la presión arterial.

-Cuidar el sistema cardiovascular.

-La historia de Franco: del calvario a la esperanza.

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