Las escribanas de la historia
Los protagonistas de “Enseñame Tucumán” son los equipos de alumnos, pero nada sería posible sin Daniela Weider y Valentina Mitrovich, quienes elaboraron los cuestionarios. LA GACETA las consultó sobre la propuesta, el objetivo pedagógico buscado y los desafíos que enfrentaron. Estuvieron coordinadas por Julieta Teitelbaum; mientras que Rosa Casares es la directora de nivel.
Lo especial: ¿“Enseñame Tucumán” va más allá de un mero concurso?
- (Daniela Weider - DW) Definitivamente sí. Es una herramienta pedagógica muy interesante, porque su concreción implica planificación y desarrollo creativo, así como la coordinación del trabajo de mucho tiempo de diversos actores de la comunidad educativa, desde los equipos de gestión educativa del Ministerio de Educación de la Provincia, hasta docentes, asesores pedagógicos, directivos de las escuelas y, por supuesto, los protagonistas del concurso: las y los estudiantes.
- (Vatentina Mitrovich - VM) Va más allá de un mero concurso porque rompe un poco esta lógica de la competencia; si bien se da en un formato televisado y tiene una dinámica más veloz en cuanto a las preguntas y respuestas, diría que es un concurso de larga duración que se viene preparando ya hace un par de meses y en el que el saber y la construcción del conocimiento rompe con esta idea memorística de la historia y de las ciencias sociales en general. Además hay un acompañamiento no solamente de la escuela, de los docentes y de los compañeros, sino que es un espacio propulsado por el Ministerio y por el diario LA GACETA y en ese sentido hay varios actores en juego. Eso también muestra la construcción de un concurso de una forma colectiva.
Los orígenes: ¿cómo surgió el proyecto y cómo les llega el encargo a ustedes?
- (DW) Nos convocaron para formar parte del equipo de Ciencias Sociales de la Dirección de Educación Secundaria del Ministerio para concretar un concurso de ciencias sociales que reedite un histórico evento que había realizado LA GACETA en los años 70 y que, de hecho, ha quedado en la memoria de aquellas generaciones. A su vez, el pedido implicaba poder acortar la brecha que existe entre las producciones académicas universitarias y las aulas de las escuelas tucumanas. En este caso, la ministra Susana Montaldo nos pidió que acercáramos a las escuelas las colecciones de Historias Temáticas de Tucumán y de Historia de los Municipios realizadas por investigadores de la provincia (pertenecientes a la UNT y a Conicet; yo he participado en la escritura de algunos de esos textos) durante las celebraciones del Bicentenario de la Independencia. De modo que el concurso se enmarca en un proyecto mayor que tiene como objetivos, por un lado, profundizar en el conocimiento de la historia, cultura y geografía de la provincia para fortalecer nuestra identidad como tucumanos y así comprender mejor nuestro pasado y presente; y por otro lado, fortalecer las competencias de lectura comprensiva, escritura, pensamiento crítico y oralidad de las y los estudiantes.
- (VM) El proyecto me llega en febrero. Fue como un diálogo entre la ministra Montaldo, y el Gerente de Redacción de LA GACETA, Federico Van Mameren, con la idea de repensar cómo transmitir el conocimiento de la historia de las colecciones de Tucumán, que es algo que nosotros ya veníamos trabajando el año pasado. De hecho habíamos elaborado un dossier, pero la propuesta era ahora que trascienda las aulas y que tenga una instancia provincial.
Los objetivos: ¿qué es lo que buscan con las preguntas?
- (DW) Buscamos repasar los puntos más importantes de la cultura, la historia y la geografía de Tucumán, incluyendo algunos datos curiosos o menos conocidos.
- (VM) El objetivo planteado con las preguntas no es solamente conocer figuras destacadas, creaciones o fechas. Es un poco indagar en cómo fueron los procesos de conformación de la cultura, de la geografía, de la producción tanto de San Miguel de Tucumán como toda la provincia. Indagar también es comprender la riqueza que tenemos y que también forma identidad. La idea fue buscar cómo acercar la historia de hace más de 200 o 300 años a un presente en el cual los chicos se puedan sentir interpelados.
Lo distinto: ¿en qué difiere este concurso de un examen común y corriente?
- (DW) Es diferente porque el material que sustenta las preguntas es particular: son libros de cultura, de población y del municipio, textos producto de investigaciones rigurosas en temáticas muy particulares, que tienen su dificultad y que nos muestran ejes de la historia poco trabajados en las escuelas.
- (VM) Pero también es distinto a un examen tradicional porque es una propuesta lúdica: apunta a conocer divirtiéndose, a poner en práctica múltiples habilidades y además rompe con la linealidad a la que a veces estamos acostumbrados en las clases de ciencias sociales. Vamos a ir y a volver de un tema a otro, de una época a otra, de una personalidad a otra con mucho dinamismo.
Para pensar en clase: ¿de qué forma se articula esta propuesta con la actividad aúlica?
- (DW) La propuesta generó diversas acciones en las escuelas. Muchos profesores tomaron los contenidos del concurso para trabajar en sus aulas con todo el curso, vinculándolos con sus planificaciones anuales. Otros los usaron para hacer proyectos interdisciplinares en las escuelas, ampliando ese contenido con actividades específicas de diferentes materias.
- (VM) Como la propuesta se presentó a principios de este año, sobre marzo o abril, es interesante que se haya hecho un trayecto formativo para que los docentes también tengan puntaje. Fuimos primero a Monteros, después se hizo en San Miguel de Tucumán, para poder justamente explicar la importancia del concurso y también para incentivarlos, para que los profesores puedan inscribir a los estudiantes. Así que eso fue atractivo como modo de poder abordar los conocimientos en una forma de trayectoria formativa que a ellos también les pueda servir, más allá de que hayan participado todos los que estuvieron al principio. Fue importante porque es capacitar en la importancia de esta herramienta respecto de la historia de Tucumán. Es una deuda pendiente y es algo que estamos ahí trabajando, para que esos libros de la colección de los municipios y temática comience a desempolvarse de las bibliotecas y tengan un uso entre docentes y alumnos.
Nervios: ¿cómo puede influir el estar en un estudio de televisión y no en el aula?
- (DW) Seguramente generará nervios, pero creo que vivir la experiencia es sumamente enriquecedora para los chicos. Además, hemos tratado de prepararlos previamente para que se entienda el objetivo de jugar y de poner nuestro conocimiento al servicio del juego y la diversión.
La preparación: ¿cuán difícil es seleccionar los temas y formular el interrogatorio?
- (DW) La selección es compleja porque implica incorporar contenidos que no están necesariamente en las planificaciones docentes; entonces tiene el desafío de que puedan dialogar con los programas de los profesores. Además, hay mucha y muy buena producción en Tucumán y es siempre una arbitrariedad la elección. En este caso buscamos ejes que sean transversales como la cultura y la población. Seguramente quedarán afuera algunos temas para ediciones posteriores
- (VM) Lleva un tiempo la lectura, la parte del armado de las preguntas, es un proceso muy complejo en donde tenemos que poner mucha cabeza porque además también es romper los moldes de la academia y del libro y pensarlos en formato de juego. Y el desafío es cómo a esos libros nacidos de una construcción académica y con un lenguaje técnico, se los puede desmalezar e ir al corazón, a partir de qué se quiere de los contenidos para que tengan un sentido. No es “esto lo tienen que saber porque sí”, sino una construcción de qué es lo importante, lo cual también tiene una complejidad.
Qué hace falta: ¿para responder alcanza sólo con estudiar y tener buena memoria?
- (DW) Estudiar de forma comprensiva, aprendiendo significativamente, será central. Tener buena memoria también es muy importante, pero la clave será haber comprendido lo estudiado. A eso se suma el factor tiempo y el dinamismo de la propuesta, poder relacionar, deducir, y responder lo que saben de forma rápida.
- (VM) Lo principal no es la memoria; justamente lo que hicimos con el equipo es apelar a una cuestión también de lógica, de deducción. Se elaboraron preguntas que no tienen que ver con una cuestión memorística. Por supuesto, siempre es importante el tema de confiar en lo que han estudiado, pero también apelamos al sentido común.
Consejos: ¿cuáles recomendaciones les daría a los chicos que participan?
- (DW) La idea de evaluación, de rendir, siempre tiene ya una carga para los jóvenes y para los chicos que están en la escuela. Sin embargo, al ser una propuesta en la que se inscribieron voluntariamente, quienes participan es porque les interesaba aprender más sobre la historia y la geografía de Tucumán. Entonces están muy motivados, ya porque traían esa motivación antes de inscribirse, pero también se han motivado mucho cuando se han enterado de que hay premios y cuáles son, que en sí mismos son un incentivo para esta instancia, que no sería la de una evaluación común y corriente. Siempre implica un desafío dar cuenta de lo que uno ha estudiado y entonces eso conlleva un poco de nerviosismo.
- (VM) Lo principal es sentir que llegar a esta instancia ya es un gran logro, que deberían sentirse orgullosos y que además están en una instancia compitiendo en un concurso que es histórico, que es la primera vez que se hace un certamen provincial de historia, de geografía y de ciencias sociales y que hay una articulación con la UNT. Ahí vemos cómo el contenido realizado en la universidad pública por historiadores profesionales llega a las aulas y me parece que lo importante es que puedan valorar eso. Pero sobre todo los insto a que disfruten, que me parece que hay que darle este matiz al saber, al aprender, al enseñar historia, al conocer a la provincia, porque hay que volver a enamorarse de Tucumán y no hay mejor manera de hacerlo que aprendiendo y jugando con otros.
Dificultades: ¿qué fue lo más difícil de abordar?
- (DW) No ha sido muy fácil abordar los contenidos de historia de Tucumán en el sentido de que es muy compleja, tiene cambios y continuidades. Estamos hablando de más de 200 años que estamos encarando con muchísimas personalidades y con distintos ejes. Sin embargo, hemos tratado con algunas herramientas pedagógicas, con algunos instrumentos como líneas del tiempo, esquemas y fotografías -que también van a estar presentes en el concurso- de ir acercando esos contenidos complejos a su comprensión para los chicos. Y en esta última instancia ya de la final, que es totalmente lúdica y que se acerca más a la idea de ping-pong de preguntas y respuestas, hay una especie de simplificación para poder construir ese formato más allá de que los procesos no son para nada lineales.
Descubrimientos: ¿se sorprendieron cuando buscaban el contenido, conocieron algo que no sabían?
- (DW) Abordar la historia desde la perspectiva de la cultura, por ejemplo, nos ha puesto en situación de tener que conocer muchísimas mujeres que han producido y han creado a lo largo del tiempo y muy tempranamente, en fines del siglo XIX y a principios del XX, hicieron obras artísticas muy importantes. Por supuesto, aparece Lola Mora y hemos podido profundizar en su biografía, en todo lo que ha hecho y en todo lo que ha significado para la provincia. Y también, por ejemplo, hemos podido tomar algunas lecturas de lo que escribió Amalia Prebisch para conocer un poco más sobre su producción, que también ha sido una prolífica escritora y quizás no es muy abordada. Otro tema que también ha sido un muy lindo descubrimiento fue la producción audiovisual de Tucumán y todo lo que se ha realizado desde fines de los 40 con el Instituto Cinematográfico de la UNT y las producciones de Gerardo Vallejo en los 60; fue muy lindo poder adentrarnos en profundidad en esa obra. Y para entender las dinámicas demográficas hemos aprendido mucho sobre la salubridad en la provincia, sobre los momentos en los que se van creando los distintos hospitales y centros de salud. Eso también era algo que quizás no teníamos tan presente en las clases de historia y entonces también ha sido atractivo incorporarlo.
Particularidades: ¿en qué difiere este concurso de un examen común y corriente?
- (VM) Hay paralelismos y diferencias. El paralelismo es que, tal como los exámenes trimestrales, los chicos tienen que estudiar, prepararse, ven un contenido a lo largo de todo el año y eso se evalúa en un resultado final. Pero respecto a la idea de en qué difiere de un examen común y corriente, es que no es una cuestión meramente individual y que se aprende jugando. Así, la idea también es romper esos esquemas clásicos de la educación del siglo XIX, en donde solamente se lee y se vuelca en un papel lo que uno aprendió. Entonces creo que la idea de aprender jugando y compartiendo con otras escuelas de toda la provincia es histórico y también es importante.





















