“No es un cuento, lo he visto yo” : así contó el papa Francisco el milagro que cambió la vida de una niña
En 2029, el papa Francisco sorprendió a cientos de fieles al relatar un milagro de la Virgen de Luján que presenció en Italia, donde una niña gravemente enferma se recuperó tras la fe y la oración incansable de sus padres.
“No es un cuento, lo he visto yo” : así contó el papa Francisco el milagro que cambió la vida de una niña
La audiencia general en la Plaza de San Pedro transcurría como tantas otras, hasta que el Papa Francisco detuvo su catequesis para compartir una historia personal que conmovió a todos los presentes. Con voz pausada y mirada intensa, Jorge Mario Bergoglio recordó uno de los momentos más impactantes de su vida pastoral: un milagro atribuido a la Virgen de Luján, Patrona de Argentina.
“No es un cuento, lo he visto yo”, advirtió antes de comenzar el relato. El pontífice explicó que el episodio ocurrió durante una grave epidemia en Italia, cuando conoció a una familia obrera cuya hija de nueve años estaba al borde de la muerte. Los médicos habían sido categóricos: la niña no pasaría la noche.
Ante la desesperación, el padre de la niña tomó una decisión radical. Abandonó el hospital, tomó el tren y recorrió más de 70 kilómetros hasta la Basílica de Luján. Al llegar, la encontró cerrada, pero se aferró a las rejas y rezó con fervor durante toda la madrugada.
“A las seis de la mañana abrieron el templo. El hombre entró, saludó a la Virgen y volvió al hospital”, narró el Papa. Allí lo esperaba su esposa, esta vez con una sonrisa en el rostro: los médicos no podían explicar lo sucedido, pero la niña había despertado y estaba fuera de peligro.
Francisco destacó que la historia no es una leyenda, sino un testimonio real de la fuerza de la oración: “El hombre había obtenido la gracia de la Virgen”, afirmó.
Aquel día, el Papa aprovechó el momento para invitar a los fieles a no perder la esperanza cuando las oraciones no parecen ser escuchadas. “La oración es un combate. A veces pedimos gracias sin luchar, sin insistir. Pero el Señor siempre está con nosotros y responde a su tiempo”, concluyó.
La anécdota se dio en el marco de la entronización de una imagen de la Virgen de Luján en los Jardines Vaticanos, un gesto que refuerza el vínculo espiritual entre Roma y Argentina, y que dejó en la memoria de los presentes el recuerdo de un milagro contado por quien lo presenció en primera persona.






















