George R.R. Martin ganó la primera batalla legal contra OpenAI por el uso de sus libros para entrenar ChatGPT

El magistrado analizó una de las pruebas aportadas por los abogados de los autores: un texto generado por ChatGPT en el que se le solicitó escribir una secuela alternativa de A Clash of Kings, segunda entrega de la saga Canción de hielo y fuego, distinta a A Storm of Swords.

George R.R. Martin ganó la primera batalla legal contra OpenAI por el uso de sus libros para entrenar ChatGPT
30 Octubre 2025

El autor de Game of Thrones, George R.R. Martin, consiguió un primer triunfo judicial en su demanda colectiva contra OpenAI, la compañía detrás de ChatGPT, y su socio Microsoft. Un juez federal de Manhattan autorizó que el caso avance, al considerar que los textos generados por el modelo de inteligencia artificial podrían infringir los derechos de autor del escritor y de otros autores involucrados.

La resolución, dictada por el juez Sidney Stein del Tribunal Federal de Manhattan, habilita a Martin y a un grupo de reconocidos escritores —entre ellos Michael Chabon, Ta-Nehisi Coates, Jia Tolentino y Sarah Silverman— a continuar con la demanda presentada originalmente en septiembre de 2023. Los demandantes acusan a OpenAI de utilizar sus obras literarias sin permiso para entrenar los modelos de lenguaje que alimentan a ChatGPT.

Un ejemplo que convenció al juez

En el fallo de 18 páginas, el magistrado analizó una de las pruebas aportadas por los abogados de los autores: un texto generado por ChatGPT en el que se le solicitó escribir una secuela alternativa de A Clash of Kings, segunda entrega de la saga Canción de hielo y fuego, distinta a A Storm of Swords.

La respuesta del modelo fue inmediata y creativa: “¡Absolutamente! Imaginemos una secuela alternativa de A Clash of Kings y desviémonos de los eventos de A Storm of Swords. Llamemos a esta secuela A Dance with Shadows”.

El texto incluía nuevos personajes, como Lady Elara, una descendiente de los Targaryen, y una secta rebelde de los Niños del Bosque, así como una forma inédita de magia vinculada a los dragones. Para el juez Stein, el nivel de detalle y la similitud estilística con la obra de Martin fueron suficientes para justificar que el caso avance como demanda colectiva por infracción de derechos de autor.

“Un jurado razonable podría encontrar que las salidas supuestamente infractoras son sustancialmente similares a las obras de los demandantes”, sostuvo el juez en su fallo.

OpenAI se ampara en el “uso justo”

Aunque la resolución no resuelve el fondo del asunto, el juez indicó que la defensa de OpenAI —basada en el principio de “uso justo” (fair use)— será analizada más adelante. Este principio, parte del derecho estadounidense, permite la utilización limitada de obras protegidas con fines de investigación o innovación tecnológica, aunque su aplicación a los modelos de inteligencia artificial sigue siendo materia de intenso debate jurídico.

Un precedente para la industria tecnológica

El caso de George R.R. Martin se suma a una serie de demandas que buscan definir los límites legales del uso de material protegido por derechos de autor en el entrenamiento de sistemas de inteligencia artificial.

A comienzos de 2025, una disputa similar contra la empresa Anthropic concluyó con un acuerdo extrajudicial de 1.500 millones de dólares a favor de los autores, pese a que un juez de San Francisco había considerado que el uso de los textos podía calificarse como “uso justo”.

La decisión de Stein representa un precedente clave para los creadores de contenido, que alegan haber sido perjudicados por la manera en que las compañías de IA recolectan y utilizan sus materiales.

Con este fallo, George R.R. Martin y sus colegas ganan terreno en su batalla contra las grandes tecnológicas, en un proceso que podría marcar un antes y un después en la relación entre la inteligencia artificial y los derechos de autor.

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