LEÓN XIV. El Papa aprobó cambios en los títulos de la Virgen María.
El Vaticano publicó ayer un larguísimo documento denominado “Mater populi fidelis” (“Madre del pueblo fiel”, en español) en el que exhorta a evitar el uso del título de “Corredentora” para referirse a la Virgen María.
“Teniendo en cuenta la necesidad de explicar el papel subordinado de María a Cristo en la obra de la Redención, es siempre inoportuno el uso del título de Corredentora para definir la cooperación de María”, advierte el comunicado que cuenta con más de 50 páginas. El texto fue aprobado por el Papa León XIV el pasado 7 de octubre, y es memoria litúrgica de la Virgen del Rosario, de acuerdo con ACI Noticias, el servicio informativo de la reconocida cadena internacional EWTN.
La nota doctrinal sobre algunos títulos marianos referidos a la cooperación de María en la obra de la salvación, lleva también la firma del cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y de monseñor Armando Matteo, secretario de la Sección Doctrinal de este organismo del Vaticano.
Maternidad divina
“Generalmente lo han presentado de dos maneras precisas: en relación con la maternidad divina, en cuanto María como madre ha hecho posible la redención realizada en Cristo, o bien en referencia a su unión con Cristo junto a la cruz redentora”, evoca el texto. Destaca, además, que el Concilio Vaticano II, en el que hubo una enorme discusión sobre el tema, finalmente “evitó utilizar el título de Corredentora por razones dogmáticas, pastorales y ecuménicas”. Y que San Juan Pablo II (1978-2005) lo utilizó “al menos en siete ocasiones, relacionándolo especialmente con el valor salvífico de nuestro dolor ofrecido junto al de Cristo, al cual se une María sobre todo en la cruz”. “Según se explica el objetivo es ofrecer una clarificación teológica sobre ciertos títulos y expresiones marianas que, con el paso del tiempo, han suscitado debates dentro y fuera de la Iglesia”, explica el medio.
Se trata de “profundizar en los adecuados fundamentos de la devoción mariana, precisando el lugar de María en su relación con los creyentes, a la luz del misterio de Cristo como único mediador y redentor”. En coherencia con esta línea, el documento del Dicasterio subraya que “reconocer el papel singular de María no significa colocarla en un plano paralelo a Cristo”, sino comprender su misión en dependencia total de Él y al servicio del misterio de la encarnación y la redención.






















