VUELTA A LA ACCIÓN. San Martín retornó a la actividad en el complejo "Natalio Mirkin", mientras se define el futuro institucional del club. Foto de Gonzalo Cabrera Terrazas.
La tarde del jueves marcó el regreso de San Martín a los entrenamientos después de casi tres semanas sin actividad formal. El plantel volvió a trabajar en el complejo “Natalio Mirkin”, en un contexto particular: la eliminación reciente contra Deportivo Morón aún fresca y, al mismo tiempo, el club transitando una etapa de transición institucional tras la renuncia de la comisión directiva. Con elecciones previstas para el 30 de noviembre, el fútbol quedó en una zona intermedia en la que todo continúa, pero mucho está por definirse.
La práctica estaba citada para las 17. A las 16.51, los ayudantes de Mariano Campodónico ya estaban en la cancha principal, acomodando conos, pecheras y delimitando espacios para rondos, fútbol reducido y ejecuciones a balón detenido. El movimiento era silencioso, casi automático, pero cargado de significado: se volvía a entrenar tras el cierre abrupto de la temporada.
A las 16.58, el plantel profesional apareció completo rumbo a la cancha. Al frente, Darío Sand y Nicolás Carrizo encabezaron la caminata hacia el saludo y la activación inicial. No hubo discursos ni gestos de arenga: apenas saludos breves, palmadas en el hombro y un clima que oscilaba entre la sobriedad y la cautela. El regreso era necesario, pero cualquier certeza sobre el futuro estaba suspendida.
El entrenamiento tuvo una novedad visible desde el inicio: la incorporación de futbolistas del plantel liguista, quienes, tras el cierre de su participación en el torneo anual de la Liga Tucumana, se sumaron para trabajar junto a los profesionales. Para diferenciarlos, vistieron camiseta con numeración pequeña junto al escudo y short rojo, en contraste con el short negro del plantel profesional. Entre ellos estuvieron: Enzo Cejas, Exequiel Castaño, Santiago Chávez, Lautaro Díaz, Pedro García Hamilton, Juan Contreras, Tomás Basualdo, Ignacio Ibarra, Cristian Ibáñez, Gonzalo Gutiérrez, Bautista Galíndez y Axel González.
También se hizo presente en la cancha Carlos Roldán, coordinador de inferiores e histórico entrenador del ascenso a Primera en 2008. Roldán conversó con Campodónico, observó distintos tramos del trabajo y mantuvo diálogo con colaboradores, en una escena que reflejó continuidad deportiva incluso en medio de una transición dirigencial.
SALUDO. Franco García le da la mano a Carlos Roldán, ex técnico del “Santo” y actual coordinador de inferiores.
La sesión combinó rondos con pelota, posesiones cortas y pasadas de velocidad para volver a ritmo. No se trató de una pretemporada ni de cargas exigentes: este tramo fue planteado como una fase de reactivación física y evaluación individual tras casi tres semanas sin actividad. Cada paso tuvo más de diagnóstico que de intensidad.
La única ausencia fue la de Matías García, quien avisó un problema personal y recibió licencia por unos días. El resto se entrenó con normalidad. Sin embargo, algo se percibía en los tiempos, en los gestos, en la forma de conversar entre compañeros: la incertidumbre. Muchos contratos concluyen en diciembre y las decisiones llegarán recién con la nueva conducción.
El único dirigente presente fue Miguel Vivanco, integrante de la Junta Fiscalizadora. Junto a Rubén Moisello, sostendrá institucionalmente el funcionamiento básico hasta las elecciones del 30 de noviembre. No intervino en la práctica: saludó, observó y se retiró.
Al finalizar el entrenamiento, el cuerpo técnico dio por concluida la jornada. Los jugadores comenzaron a dejar la cancha en grupos, algunos conversando, otros en silencio.
“Los noté con ganas de trabajar. Vamos a ir día a día, porque hay jugadores que terminan contrato y esas decisiones las tendrá que tomar la dirigencia que venga”, aseguró Campodónico tras el regreso a las prácticas, marcando el tono de la etapa que se inicia.
ENCUENTRO. Mariano Campodónico dialoga con Carlos Roldán durante el entrenamiento.
“Siempre dimos la cara y lo vamos a seguir haciendo”, dijo Campodónico
“Es un momento complicado, sí. Pero estamos acá porque tenemos contrato y porque queremos lo mejor para San Martín. Siempre dimos la cara y lo vamos a seguir haciendo”, expresó el entrenador al referirse al clima institucional. “Yo tengo contrato hasta diciembre de 2026. Después, todos sabemos cómo es el fútbol: puede venir una nueva conducción con otra idea”, agregó el DT, sin proyectar su continuidad, pero dejando en claro cuál es hoy su situación.
San Martín volvió a entrenar. No resolvió sus incertidumbres ni definió su proyecto deportivo. Pero sostuvo un gesto que, en estas semanas, vale más de lo que parece: no detenerse. La pelota volvió a moverse.
Lo demás -decisiones, nombres, armado de plantel y conducción- todavía está en pausa.
























