HUMOR FILOSO. Emiliano Coroniti y Pablo Carrozza llegarán al teatro Belgrano con su “Sindicato vencido”.
“Sindicato vencido” es un programa de streaming conducido por Pablo Carrozza y Emiliano Coroniti, quienes a su vez se asumen como “hombres vencidos” para el show en vivo que ofrecerán esta noche, desde las 21, en el teatro Belgrano (Crisóstomo Álvarez 765).
La improvisación del día a día y la ausencia de un guión preescrito les permite desarrollar lo que identifican como un estilo “filoso y sin filtros, con el cual hablamos el idioma del que trabaja, vive al límite y necesita reírse para seguir, al que llega a la noche buscando una charla real; por eso nos acompaña una comunidad intensa, activa y leal, que banca como pocas y transforma cada programa en un ritual colectivo”.
“El humor que hacemos es el que se puede hacer sin cámara, lo más parecido a lo que habla un grupo de amigos, una pareja o una mesa familiar cotidianamente. Eso trae ventajas y trae desventajas: entre las primeras figura el cariño de la gente, que se nota más genuino porque se siente identificada realmente; y en lo negativo aparece la falta de compromiso de empresas publicitarias que quieren algo más cuidado, más careta”, hace su balance Coroniti para LA GACETA.
El dúo trabaja desde su propio estudio, con producción independiente. “Siento que lo mío es natural; tuve muchos mentores de la calle, gente que conocí más en el ámbito de las carreras de caballos, del barrio y del fútbol. Desde la pandemia para acá empecé un poquito a meterme un poco más en la política, respeto mucho lo que se habla y no me considero un sabio. Voté a casi todos los partidos, y al peronismo por primera vez en la elección de 2023. Así que hablo mucho desde el sentido común y me considero un sociólogo sin título, pero intuitivo y que se da cuenta de muchas situaciones con sólo caminar y levantar la vista”, se identifica.
Definirse como vencidos dispara la pregunta de cómo seguir: “la derrota se supera todos los días; la sufrimos porque ningún día es ideal y se supera yendo por el primer objetivo; si fuera fútbol, sería yendo a buscar un triunfo al partido del día siguiente, aunque sea de otro tipo o de otro estilo, o por una revancha”.
Antes de su actual propuesta, hacía “Coronita de oliva”, con la diferencia de que era un programa grabado, “en el que había algún indicio de algo preparado, como un chiste del productor -el gallego Iglesias- que fue y es muy importante para mí”. Pero aclara que lo suyo “es no tener guión, lo cual es un verdadero desafío que se puede cumplir porque es una entrega semanal de tres horas y no sé si podría hacer uno diario”. “Muchas cosas se me ocurren por la velocidad mental del universo el streaming; me ubico como popular y me siento respetado”, agrega.
Cancelación
El humorista rechaza la idea de que en internet se pueda decir cualquier cosa sin consecuencia. “No estoy a favor de esa posibilidad; a mí me han cancelado, me han recortado chistes y lo van a volver a hacer, pero yo no haré humor con cosas que creo que no corresponden. Apuntamos a todo tipo de público. Me gustaría que me escuche desde un pibe o una chica menor de edad hasta un abuelo, que entiendan el mensaje y que diferencien que cuando hablo en serio, bajo un mensaje por mi experiencia de vida o mi pensamiento, y entiendan en qué momento hago los chistes. Lo cierto es que llego más a la gente grande, que es el grupo con el que me junté siempre y porque tengo un humor más de barrio”, señala.
Su vínculo con Carrosa surgió en los mismos medios. “Mi debut fue a fines de 2021 en Crónica TV, en un panel en el que ya estaba Pablo y desde ahí nos fuimos haciendo amigos y compartimos mucho ya desde ese programa”, recuerda. Luego llegaron “Un día sin bardo” y ahora “Sindicato vencido”, junto con las presentaciones en vivo en los teatros, como la de esta noche en Tucumán, en su primera visita, en la que demostrarán sobre el escenario la dinámica alcanzada como dúo a partir de las realidades que abordan y de la interacción con el público.
“Valoro a Pablo como periodista y como persona. No pensamos igual en todo y eso es espectacular, porque a veces él discute con alguien que yo conozco y al revés, yo lo hago con alguien que él conoce. No nos metemos con lo del otro; tratamos de mediar si es necesario, pero nunca nos influenciamos en nuestras posiciones o nos enojamos el uno con el otro”, concluye.




















