¿Cómo se deriva hacia una autocracia?*

Por Omar Paganini.

16 Noviembre 2025

Estos procesos generalmente comienzan con una sensación de caos, crisis, conflictividad o fragmentación social, fallas del gobierno y desprestigio del sistema político. Aparece entonces una persona -o un grupo o partido- que se presenta como la solución y que muchas veces posa de salvador de la patria o del pueblo. Generalmente, este nuevo grupo gobernante es outsider, no forma parte del staff histórico del sistema, no integra un partido de los que vienen funcionan do o se suma desde afuera y lo controla rápidamente. Puede nacer desde dentro de uno de los partidos o puede crear algo nuevo, diferente. Pero en todos los casos su discurso será refundacional y rupturista: lo que había antes era malo, corrupto, y viene a refundar la república, a salvar la patria o al pueblo.

Suelen polarizar a la opinión pública, dividiendo a la sociedad en amigos y enemigos, en «revolucionarios vs. contra revolucionarios», en «zurdos vs. gente de bien», en «oligarquía vs. pueblo», o lo que sea. Esa división de la sociedad se potencia durante campañas políticas emocionales, basadas en el miedo y la confrontación, donde todo el mal se achaca al contrario y se cortan los puentes del diálogo. El debate basado en razones y conceptos queda relegado. Se resume todo en la pasión de unos contra otros, generalmente unos que representan el bien, el pueblo o la patria, y otros que son inmorales, corruptos, entreguistas, oligarcas, vendepatrias, comunistas o lo que sea. La polarización impulsa en el otro bando reacciones similares y la crisis política se profundiza, lo que le conviene a los rupturistas.

*Fragmento de Democracia y libertad para un mundo en crisis.

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