Joe Hampton (izquierda) y Javier Bollo (derecha) fueron los líderes ofensivos de Estudiantes. Lourdes Corbalán/Prensa Estudiantes.
El dominio no solo se construye desde el juego o las destrezas físicas: el factor mental siempre disputa un partido aparte. La frialdad, el cálculo, la cautela y la gestión emocional -saber cómo administrar la euforia y la frustración- son indispensables. Hay que entender cuándo atacar, cuándo lastimar y cuándo replegarse. Estudiantes, poco a poco, empieza a descubrir esa templanza. El equipo de Fabricio Espósito no se desespera ni se irrita: mantiene los pies en la tierra más allá de los vaivenes del marcador. Y lo hizo en un partido que era crucial para levantarse después de las dos derrotas consecutivas frente a Sportivo Suardi y San Isidro. La “Cebra” necesitaba reencontrarse con la victoria y seguir fortificando su bastión en el Coco Ascárate. Esa convicción mental fue la llave para quedarse con el duelo frente a Villa San Martín por 64-57 en la quinta fecha de la Liga Argentina.
El desarrollo del partido no fue sencillo. Villa San Martín llegó como un equipo duro y con mucha altura. Y lo demostró desde el salto inicial: a los cinco segundos, Estéfano Simondi asistió a Facundo Fernández Gago para el 2-0. Una señal clara de que no pensaban regalar nada en Tucumán. Pero ese golpe no alteró los planes de la “Cebra”. No quebró su voluntad. Joe Hampton igualó el marcador con un simple y, de a poco, Estudiantes empezó a ganar confianza y presencia ofensiva.
En ese tramo, Javier Bollo se convirtió en el estandarte de la reacción. Como hombre más alto del equipo, protagonizó un duelo complejo con el venezolano Elián Centeno. Y en el cierre del período, el propio Centeno apareció para resucitar a su equipo: anotó una ráfaga de cinco puntos en los últimos instantes que permitió a Villa San Martín equilibrar el parcial en 15-15. Un resultado que no reflejaba del todo el buen pasaje de Estudiantes, pero que encajaba en la lógica cambiante del básquet.
Federico Pedano anotó 10 puntos en el duelo entre Estudiantes y Villa San Martín; la Lourdes Corbalán/Prensa Estudiantes.
En el segundo cuarto, Estudiantes volvió a tomar la delantera gracias a las conversiones de Hampton, Federico Pedano, Matías Bichara y Fernando Alfonso. No fue una individualidad la que sostuvo al equipo, sino un funcionamiento colectivo que empezaba a traducirse en eficacia y confianza. Así, el primer tiempo cerró 36-30.
En la segunda mitad, Estudiantes mantuvo el ritmo, aunque aparecieron complicaciones. En los primeros minutos, Bollo sufrió una torcedura de tobillo y debió salir por unos instantes. Era un momento para demostrar resiliencia y sostener el resultado. Villa San Martín apretó los dientes e intentó igualar las condiciones, pero el ímpetu de la “Cebra” fue mayor: supo responder con las conversiones de Hampton y Pedano, y con el regreso de Bollo volvió a marcar diferencias para cerrar el período 52-46.
En el tramo final, Villa San Martín puso toda la carne en el asador: necesitaba igualar el marcador, sin importar cómo. Rómulo Gusmao y Fernández Gago achicaron la brecha y dejaron a los chaqueños a un punto (52-51). Pero allí emergió la jerarquía que Estudiantes venía insinuando durante toda la noche.
Matías Bichara golpeó en el momento justo, Hampton confirmó su rol de líder ofensivo -cerró con 15 puntos- y Bollo completó una actuación determinante con 13 unidades y ocho rebotes. Entre los tres sostuvieron la ventaja y apagaron cualquier intento visitante de cambiar la historia.
El cierre, más que un trámite, fue una demostración de carácter. Estudiantes entendió cuándo acelerar, cuándo resistir y cuándo controlar. Y en ese equilibrio, que mezcla cabeza, paciencia y ejecución, encontró la victoria que necesitaba para volver a creer. En el Coco Ascárate, volvió a ganar más que un partido: se recuperó a sí mismo.
La palabra del goleador de Estudiantes
Después del triunfo, Joe Hampton, goleador de la "Cebra", expresó su satisfacción por el regreso a casa. “Me siento bien, sobre todo después de una gira con dos derrotas fuera de casa. Me alegra que hayamos vuelto, defendido nuestra cancha y conseguido la victoria”, señaló.
Para el estadounidense, la clave del encuentro estuvo en el costado defensivo. “Los mantuvimos por debajo de los 70, incluso de los 60 puntos. Anotaron 57. Esa fue la llave: mantenerlos por debajo de los 80 y ganar el partido gracias a la defensa”, dijo.
También comparó el ritmo del básquet argentino con el de su país. “El juego es mucho más rápido; la intensidad física es casi la misma, pero acá hay mucho más movimiento”, indicó.
Sobre su adaptación al plantel, destacó la buena química interna. “Mi relación con mis compañeros es genial. Algunos hablan inglés y yo les tomo el pelo un poco en español, pero al final tenemos una muy buena relación. Por eso pudimos ganar”, explicó.
Hampton también contó cómo vive su día a día en la provincia. “La ciudad es preciosa. La comida está buena, la gente es muy amable. Ya me encanta el sánguche de milanesa, es increíble”, puntualizó.
Y cerró con un deseo claro: “Espero llegar más lejos en los playoffs y ojalá podamos traer un campeonato a la ciudad de Tucumán”.
¿Cuándo vuelve a jugar Estudiantes?
Estudiantes volverá a jugar el lunes 24 de noviembre, cuando reciba a Huracán de Las Heras, y luego saltará nuevamente al parquet el jueves 27, frente a la Fusión Riojana.























