BAJA. Leandro Díaz le puso fin a su etapa como jugador de Atlético Tucumán.
La salida de Leandro Díaz de Atlético Tucumán ya dejó de ser un rumor para transformarse en una certeza rotunda. El delantero publicó una historia en Instagram que selló su despedida y confirmó que no será parte del proyecto de Hugo Colace en 2026. Su ciclo empezó a desdibujarse el día del recordado altercado tras la derrota con San Lorenzo: aquel cruce con un grupo de hinchas en el Monumental, cuando incluso pidió que le abrieran la puerta para encararlos, marcó un quiebre irreparable en su relación con el club.
El episodio no quedó solo en la tensión de la noche. Apenas horas después, con la bronca todavía a flor de piel, Díaz fue contundente ante la prensa: declaró que el partido contra Godoy Cruz iba a ser el último con la camiseta de Atlético. Para muchos fue un anuncio anticipado de despedida; para otros, la confirmación de un desgaste que ya venía acumulándose entre conflictos internos, reclamos del plantel y un clima cada vez más enrarecido puertas adentro.
Desde entonces no hubo camino de retorno. El “Loco”, referente emocional del equipo y símbolo para una parte del hincha, sintió que el vínculo estaba roto. La autocrítica por la temporada, sumada al ambiente tenso con dirigentes e hinchas, terminó por empujar una decisión que se hizo pública recién ahora, con su mensaje en redes y el cierre formal de su etapa en 25 de Mayo y Chile.
Un adiós cargado de emoción y sinceridad
En su historia de Instagram, Díaz escribió: “Es la última vez que visto esta camiseta como jugador. Pero la voy a llevar en el alma hasta el último día de mi vida como cada uno de ustedes. Yo siempre voy a estar agradecido a la gente por el aguante que nos dieron. No estuve ni estuvimos a la altura este año. Los voy a extrañar mucho”. Sus palabras sellaron un final que empezó a gestarse hace semanas, pero que recién ahora quedó plasmado con la contundencia de una despedida oficial.
La baja del “Loco” obliga a Colace a rearmar un ataque ya debilitado y acelera la búsqueda de delanteros en un mercado exigente. Para Atlético comienza una etapa de reconstrucción que deberá ser rápida y precisa; para Díaz, en cambio, se cierra un capítulo intenso, conflictivo y profundamente emocional.





















